CAPÍTULO VEINTE Thanos tenía el corazón en la boca mientras Felene los dirigía hacia el puerto de Delos. También veía la tensión en ella mientras sujetaba el timón y su barca se deslizaba entre las embarcaciones de los comerciantes y las galeras, los barcos de pesca y esquifes más pequeños. “Hacía mucho tiempo que no venía a Delos tan a la vista”, dijo Felene. “Sigo esperando encontrar una fila de guardias esperándonos en los muelles”. Thanos sabía perfectamente cómo se sentía. Él regresaba a una ciudad de la que había escapado no sin dificultades y donde, por lo que sabía, podían haber ordenado a los guardias que lo mataran si lo veían. Pero sabía que debía mostrar seguridad. Al fin y al cabo, aquello había sido idea suya. “Mantén la cabeza agachada”, dijo Thanos. “Todo irá bien”. “T
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