La reencarnación de la Luna

1132 Words
Esta mañana me he levantado con el ánimo del mismo que carga un perezoso durante toda su vida, Pero tenía que trabajar incluso tenía que seguir estudiando, ¿Quien pagaría las cuentas?. Esa pregunta fue la que me motivo para estar preparado para ir a trabajar, Un abogado principiante buscando y dejando solicitudes de empleo en varios lugares en varias firmas... Tenía la esperanza de que hoy sería ese día donde podría encontrar empleo que la vida en si ya ha Sido muy complicada, Soy de clase media tengo ciertas comodidades pero no todo llega a mis manos como debería, Sabía perfectamente que si yo no trabajaba nadie más trabajaría por mi. Sin embargo creo que hoy las esperanzas estaban muy altas incluso hoy al levantarme la brisa del viento tocó mi cara y fue muy agradable, Parecía que sería un gran día hoy. Mientras caminaba me he adentrado hoy a los lugares más prestigiosos de la ciudad pues por aquel lugar estaba un edificio donde quizá podría encontrar trabajo de acuerdo a mi profesión, Vamos que estaba muy alegre como para darme cuenta que mis ropas pronto no encajarían en aquel lugar, parecía ser tan lujoso, Al final solo entregué mi currículum con la esperanza de esperar una llamada para una entrevista tal vez y saber si al menos tendré oportunidad de entrar en este lugar. Al salir pude mirar a mucha gente a mi al rededor, Parecía un lugar tan relajante pues las sombras de los árboles me salvaban del calor, El sol había amanecido de buen humor, Rápidamente camine tanto como pude, Disfrute de la caminata mañanera pero mi estómago y mi boca tenían la misma sensación, Esa de estar hambriento pero sabía que un restaurante aquí sería muy costoso, No podía permitírme tal cosa, Aún que busqué durante un gran rato un lugar para al menos comer un bocadillo solo pude encontrar una cafetería, Tenía un extraño gusto por las plantas todo tenía flores y hojas de plástico, Parecía un buen lugar para estar un rato y tal vez un café podría calmar esa sensación de hambre al menos hasta que pueda llegar a casa, Este lugar era un poco retirado. Entre sin más y salí directo a un espacio con mesas y floreros en cada mesa, Extrañamente había mucha gente y eso me sorprendió demasiado, Miré a mi al rededor y Vi una mesa que era agradable para mí era una de las últimas así que no llamaría demasiado la atención, Me acerqué y senté en una de las sillas, Una agradable mujer me atendió y ordene un café con tres cucharadas de azúcar tan dulce que parecería miel. El calor había hecho que durará un poco no quería que la gente de este lugar notará algo desagradable en mi, nisiquiera se cómo comportarme en lugares tan finos como este, Me quité el sacó y decidí ir a buscar un baño, deje el sacó en mi lugar aún no aparecía la mesera así que sería una visita rápida antes de que ella volviera. En mi cabeza solo una pregunta era presente, ¿Aquí es a dónde vienen los ricos a comer? Sería algo como tomarse unas fotos en este lindo lugar y después a su café, sin ninguna preocupación mirar sus teléfonos y perderse viendo publicaciones absurdas para perder el tiempo, Tal vez platicar como si tuvieran todo el tiempo del mundo. Era algo que yo nisiquiera soñando podría tener, Cuando estuve apunto de dar la vuelta para entrar al lugar de los baños de la cafetería recibí un golpe en el pecho, Entonces miré y era una bella mujer, Era hermosa nunca antes había visto a alguien tan guapa como ella, Le pregunté si estaba bien pero solo me miró y yo la miré, tenía unos bonitos ojos color café casi miel y un cabello dorado, Su vestido llevaba una mancha marrón y ella sobaba su cabeza. Sonreí estúpidamente pues aquel escenario me hizo ver esto tierno, Acerqué mi mano cuidadosamente a su cabeza pero antes de llegar me detuve, En su lugar solo retire mi mano y busqué en mi bolsillo un pañuelo, Lo acerqué y le hablé a esa belleza delante mío. -- ¿Te encuentras bien? La mujer delante mío, Extendió su mano para agarrar el pañuelo. -- Si, creo que estoy bien. Lamento mucho haber tropezado con usted iba sin mirar. La voz de aquella mujer era tan linda como ella, Parecía ser una chica joven, Tome valor y entonces le respondí tratando de sonar lo suficientemente educado. -- No se preocupe, Solo quiero saber cómo se encuentra usted, No debe preocuparse por mi, Las mejillas de esa mujer se ruborizaban era notorio pues si color de piel la delató -- Estoy bien, Solo que me siento muy avergonzada con usted , iba distraída intentando quitar está mancha de mi vestido que no mire por dónde pasaba. Deseo pedirle una disculpa sincera, Déjeme hacer algo por usted, Dejeme invitarle un café. Aquella chica tan linda estaba disculpándose conmigo? Yo nisiquiera puedo hacerme del rogar ni mucho menos hacerle pasar un mal rato, Así que decidí intervenir. -- No debe preocuparse ya he ordenado y pagaré por lo que pedí no hace falta además no me dolió. Ella me miró -- De acuerdo igualmente si alguna vez necesita algo hágamelo saber, Tal vez podamos encontrarnos algún otro día en este lugar. ¿Suele frecuentar este lugar? Los nervios me invadieron y trague saliva con algo de esfuerzo. -- Por supuesto, Me gustaría que la próxima vez que nos encontremos en este lugar podamos hablar un poco mientras disfrutamos de un café. ¿Puedo saber cuál es su nombre? Ella me sonrió tiernamente y Respondió a mi pregunta sin dudar parecía más animada y menos apenada. -- Mi nombre es Ahn. -- Extendió su mano al frente mío -- Pues mucho gusto señorita Ahn -- Extendí mi mano encontrando la suya y sostuve con gentileza -- Mi nombre es Liam un gusto conocerla, Espero volverla a encontrar en otra ocasión. -- El gusto es mío. Justo cuando le iba a preguntar por su número alguien más se acercó, Unas chicas se acercaron y me miraron solté gentil su mano de aquella mujer y me despedí cortés de las otras dos damas que acompañaban a la señorita Ahn, Mientras me alejaba sentía que mis pasos eran torpes y en cualquier momento caería al suelo, Mire mi reloj y ya era tarde, agarré mis cosas y pagué ese café, Me lo lleve para ir tomando durante el camino y antes de salir pude mirar de nuevo a esa chica tan guapa que había tropezado conmigo, Ella también me miró y una sonrisa de ambos salió casi al instante, salí entonces del lugar. Que bonita coincidencia.
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