Que puede ser más difícil que ser una adolescente huérfana y reprimida, rechazada por todos aquellos que están a su alrededor, y sin ninguna esperanza de encontrar un lugar en el mundo como propio.
Pues bien, así era la vida de Ana, una chica hermosa de tan solo 14 años; no recordaba bien cuánto tiempo llevaba viviendo en aquel viejo orfanato, lo que siempre llevaba presente, es que nunca había sido elegida por una familia.
Desde que era niña, siempre había sentido una extraña atracción por la naturaleza y los animales. A menudo se aventuraba en el bosque y se sentía en paz rodeada de árboles y aquel profundo bosque, lleno de magia y exclusivos secretos.
Un día, mientras ella exploraba, Ana se encontró con una manada de hombres lobo, al principio tuvo mucho miedo, pero pronto se dio cuenta de que ellos eran amigables y protectores con ella. Decidida a dejar todo lo que conocía, pues nadie la extrañaba, comenzó a frecuentar más a menudo el bosque, encontrando en aquella manada lo que siempre le habia pedido a la vida, una familia que la aceptara cuidara de ella y protegiera.
A medida que pasaban los años, Ana comenzó a sentirse cada vez más cómoda con los hombres lobo. Aprendió mucho sobre su cultura y costumbres, y se enamoró profundamente de Alex, el hijo del líder de la manada. Él, un hombre lobo tan bello y perfecto, parecido a un semidios, estaba totalmente impresionado con ella, tanto así que desde el primer día en que la vio, entendió que el destino la tenía preparada justo para él y que la diosa luna le había dado la señal para encontrar infinitamente el amor.
Alex y Ana se convirtieron en los mejores amigos, cómplices y aventureros, y aunque el padre de Alex, el líder Alfa de la manada jamás estuvo de acuerdo con su cercanía porque ella era humana, tampoco quiso separarlos, pues bien sabía que el día de la coronación se acercaba y él ya había elegido a una loba para ser la beta de Alex. Ana se enamoró profundamente de Alex, no le importaba su condición de hombre lobo, Alex, por su parte, también se enamoró de Ana y pronto se dieron cuenta de que estaban destinados a estar juntos.
Sin embargo, no todo era perfecto. Alex estaba próximo a ser coronado como el nuevo alfa de la manada, y había muchos miembros de la manada que no estaban contentos con su liderazgo. Temían que Alex fuera demasiado blando y que no pudiera protegerlos adecuadamente.
Pero él demostró lo contrario, gracias a Ana, cuando los oponentes de Alex intentaron atacar a la manada, Ana demostró su valentía y sus habilidades. Con su ayuda, Alex logró vencer a sus enemigos y demostrar su valía como líder de la manada.
Después de esa intensa batalla, y previo a la noche de coronación, Alex y Ana se encontraban juntos en su cabaña en el bosque, abrazados y besándose apasionadamente. La pasión entre ellos era intensa, y no podían resistirse el uno al otro.
—No puedo resistirme a ti, Alex. Eres todo lo que siempre he deseado—. Ana le susurra en el oído a Alex
—Eres la mujer más hermosa que he conocido, Ana. No puedo imaginar mi vida sin ti
No quiero que te imagines la vida sin mí. Quiero estar contigo siempre—. Ana le responde sonriendo
—Lo estarás, Ana. Siempre. Serás mi compañera para siempre—. Alex toma su mano y la mira con nostalgia, pues sabía que esas palabras solamente eran de momento.
—¿De verdad lo dices, Alex? ¿Seré tuya para siempre?— Ana lo mira esperanzada
—Absolutamente, Ana. Nada podría separarnos—. Alex la besa apasionadamente, llevándola al declive de su existencia, haciéndola suya por completo y por primera vez en su vida.
—Oh, Alex, te amo tanto— Ana no deja de repetírselo con su voz entrecortada
Alex, la mira dulcemente mientras sonríe,—Y yo a ti, Ana. Te amo más de lo que puedo expresar con palabras—
La pasión entre ellos se intensificó aún más, y se dejaron llevar por el momento. Juntos, se entregaron a su amor, prometiendo estar juntos para siempre.
Pero aquella felicidad, solamente duro mientras su amor se consumó, pues había una verdad inevitable, una nefasta noticia para Ana.
—Ana, necesito hablarte de algo importante. Mañana es mi coronación como el nuevo alfa de la manada—.
Ana lo mira sorprendida—¡Oh! Eso es maravilloso, Alex. Estoy tan emocionada por ti—.
—Pero hay algo que debes saber. Como alfa, debo elegir a mi compañera de por vida, mi —luna——Alex le responde en un tono demasiado serio.
—¿Qué significa eso para nosotros?— Ana siente como su corazón se hiela por un momento
Alex toma su mano—Significa que tendré que elegir a alguien para que sea mi compañera para siempre. Alguien que pueda estar a mi lado, apoyarme y ayudarme a liderar la manada—.
—Entonces, ¿esto significa que no puedo ser esa persona?— Ana le pregunta completamente entristecida
Alex no deja de mirarle fijamente—Ana, eres todo para mí. Te amo más que cualquier otra cosa en este mundo. Pero la elección del alfa no es algo que pueda tomarse a la ligera. Debo considerar todas las opciones y tomar la mejor decisión para la manada—.
Ana voltea su rostro, tratando de mantener la calma—Lo entiendo, Alex. Pero ¿qué pasa si eliges a otra persona? ¿Qué pasa con nosotros?—
—No quiero perderte, Ana. Eres la única mujer que he amado, y no quiero estar sin ti. Pero también sé que debo tomar una decisión que sea mejor para la manada en su conjunto. Hay algo más que necesito decirte, Ana. Mi padre, el alfa actual, ya tiene destinada a mi compañera—.
—¿Cómo es posible? ¿Ya han tomado la decisión antes de tu coronación?—, ella no puede evitar sentir melancolía, sabía que por su condición de humana jamás podria aspirar a ser elegida, y tener ese lugar.
—Sí, mi padre cree que mi compañera debe ser una loba, como él. Él cree que solo una loba podrá liderar junto a mí y mantener la tradición de nuestra manada—. Alex la mira con nostalgia, sabia el profundo amor que sentía por ella.
—¿Y qué significa eso para nosotros?— Ana le pregunta preocupada
—Significa que, aunque quisiera elegirte a ti, mi padre nunca permitiría que una humana sea mi compañera—.
—Lo siento, Alex. Suponía que algo así podría pasar—. Ella siente como su corazón se rompe profundamente
No te preocupes, Ana. Aunque no puedo elegirte mi compañera de por vida, nada cambiará lo que siento por ti. Eres la persona más importante en mi vida, y siempre lo serás.
—Te amo, Alex. No importa lo que pase, siempre estaré aquí para ti—. Se abraza al pecho de su amado, y llora en silencio
—Y yo para ti, Ana. Serás mi amor para siempre—.
Luego de ese gran encuentro entre los dos, Ana y Alex se dirigieron juntos al centro del bosque, donde se encontraba la gran fiesta de coronación en pleno apogeo. Allí, fueron recibidos por la multitud de lobos que los rodeaban y celebraban el inicio del mandato de Alex como alfa.
Ana se sorprendió de la magnitud de la fiesta y se preguntó cómo era posible que los lobos hubieran organizado algo tan espectacular en tan poco tiempo. Alex, por otro lado, parecía en su elemento y se movía con agilidad entre los invitados, saludando a cada uno de ellos con una sonrisa amistosa.
Mientras caminaban juntos, Ana no pudo evitar preguntarle a Alex acerca de la elección de su compañera. Alex la miró con tristeza en sus ojos y le explicó que su padre había elegido a una loba de la manada para ser su compañera. Ana pudo sentir el dolor en la voz de Alex y lo abrazó con fuerza, tratando de consolarlo.
Lejos estaban de imaginar que esa noche sería la última noche que compartirían juntos , y aunque el dolor invadía cada uno de sus corazones, el destino estaba escrito y la diosa Luna tenía todo arreglado, pero Alex debía seguir los designios de su padre, y poner a su manada en peligro, no era una opción, aunque eso lo condenara a estar lejos de la mujer que realmente amaba.