Emma llegó a su casa agitada por lo que acababa de suceder con su jefe, no entendía sus reacciones ante ella y como lograba hacer que su corazón palpitara; además a ella le gustaba Nicolas ¿no? pensó para dentro de sí misma. Así que decidió intentar dejar los pensamientos atrás para concentrarse en su pequeño Martin quien estaba molesto todavía con ella, pero le mostró una estampilla de una rosa que significaba que mañana era sábado, donde cambió su semblante a uno feliz porque sabía que iba a ver a la pequeña Lily. Habían quedado que los domingos no habría terapia, pero que iba a ir igualmente solo para que Martin compartiera con Lily; ya que eso le ayudaba a él con su propia terapia donde Edison aceptó sin ningún inconveniente.
Emma decidió contestar el mensaje de William a quien había dejado en visto “¿Tienes tiempo mañana?” pregunto esperando una respuesta, no estaría mal conocer diferentes personas hasta que recibió la respuesta casi al instante “Si, dime donde, hora y nos vemos” quedó sorprendida porque pensó que tal vez no quería verla o había sido solo un impulso en el momento que se conocieron. Al siguiente día, decidió colocarse ropa casual como un jean azul claro acompañado de un tenis blanco, un buzo corto blanco y un chaleco de jean acompañando su cabello de una hebilla de rosa y colocando un poco de rubor, pestañina y labial rosado claro; guardando su uniforme de terapeuta ocupacional en la maleta para bajar por las escaleras, donde se quedaron observándola Martin y su madre.
— ¿Para dónde vas, señorita? — Cuestiono su madre observándola de arriba hacia abajo, mientras le servía la colada a Martin.
— Voy a salir un rato ¿me cuidas a Martin, por favor? — Suplico Emma juntando sus manos, mientras Martin realizaba la misma acción sacándole una sonrisa.
— Está bien, no demores tanto — Contestó su madre colocando la colada en el comedor llamando a Martin.
— ¿No puedo ir contigo? — preguntó Martin en su inocencia acercándose a su madre quien le acarició el cabello — No amor, ya vengo — Contestó con ternura, él solo se dejaba dar caricias y amor de su madre y de su abuela; aparte de Lily últimamente.
Emma salió hacia su puerta, donde se encontraba estacionado el carro de William quien la esperaba desde la puerta del copiloto con una sonrisa y un ramo de flores, sorprendiéndola por tal detalle donde agradeció. William le abrió la puerta como todo un caballero, donde ella ingresó con las flores y después de cerrar se dispuso a manejar desde su puesto. Estaban en silencio, era algo incomodo porque Emma no sabía cómo reaccionar, además había tenido muchas atenciones con ella y no quería que pensara que podía tener algo, ella prefería tener a todo hombre posible lejos de ella así le gustara; además recordaba a Edison y el intento de beso fugaz entre ellos.
— ¿En qué piensas querida? — Interrogó William mirándola por el retrovisor, se lamía la boca definitivamente estaba hermosa esta mujer.
— En mi hijo, es lo único en mi cabeza — Contestó mordiéndose el labio, por haber mentido era una maña que tenía donde solo los que la conocen descubren fácilmente sus mentiras.
— Se nota que usted es una buena madre, la felicito — Confesó mientras observaba esos labios tentadores especialmente cuando se los mordía, pero debió seguir viendo hacia el frente si no quería un accidente automovilístico.
Decidieron ir inicialmente al cine, donde decidieron ver la película de “Tres metros bajo el cielo” aunque para William era repugnante esas películas, para Emily eran muy significativas y sabía que debía hacer su mejor esfuerzo para tenerla contenta. Por otro lado, Edison se había reunido con sus colegas donde su semblante se volvió serio y preocupante cuando se enteró que William estaba descubriendo sobre su vida personal; podría haber la posibilidad de que ya hubiera descubierto quien sería su futura mujer o tal vez la existencia de sus hijos, donde le habían aconsejado contarle la verdad absoluta a Emma para que se cuidara también, pero la verdad es que temía decirlo, porque no sabía cómo iba a tomarlo.
Nicolas decidió entregarle a Edison una tableta con la nómina de contabilidad de la empresa y todo lo ganado. Sabía de los sentimientos de Emma hacia él, pero siempre se mostró como alguien irresponsable, relajado y mujeriego ante ella para que nunca se atreviera a decirlo, porque sabía que no podía ser correspondida por él y menos cuando supiera la verdad. Después de observar y verificar la nómina de contabilidad; pasaron a las estrategias futuras de la empresa para crecer cada vez más, donde debían tomar una decisión referente a la propuesta de la empresa rival donde no sabían qué hacer realmente porque temían que fuera negocios ilegales y les dañara todo el proceso que habían hecho para mantener la manada, mantener la empresa limpia de todo y de todos.
¿Cómo podía hacerle daño este caballero? Estaba pensando Emma, no entendía cómo estaba fluyendo la situación, pero debía confiar en que no todos los hombres eran malos y perversos como los tenía pintados su mente. Llegaron al carro donde volvieron a subirse para dirigirse hacia la casa de Emma; ya que le había prometido a Martin que no se iba a demorar.
Cuando llegaron había otro carro estacionado al frente de la casa ¿Quién sería? Recordó que Edison iba a recogerlos para la terapia ¡Rayos! Y qué pena con él, quien volteó a verlos y frunció la ceja al ver al compañero de puesto de Emma ¿Acaso se conocían de antes? No entendía nada, se acercaron a saludarlo.
— Señor Edison, perdón mi demora, ya bajo con Martin en unos minutos — Confesó con nervios porque su trabajo era primordial, antes que todo además Martin debería estar enojado con ella.
— No te preocupes, ve - Manifestó Edison y cuando Emma entró se dignó a mirar a William — ¿Tu qué haces aquí? — Interrogó con celos, tenía nervios por ella.
— ¿Así que ella es tu enamorada? Hermosa realmente — Pronunció en medio de risas William, no podía creer que iba a caer tan fácilmente — Hermosa igual a mi mujer, la que mataste ¿Recuerdas?
— Es distinto y lo sabes, por favor déjala en paz — Sentenció con súplica porque desgraciadamente ella no sabía nada.
— ¿Por qué no te has comprometido con ella? ¿Miedo de que te rechace? — preguntó William, pero preciso en ese momento apareció Emma con Martin quien se escondió detrás de ella al ver a William, no le daba nada de confianza ese hombre.
— Saluda mi amor, él es un amigo y nuestro jefe — Manifestó Emma mirando a su pequeño, esa reacción definitivamente no era para Edison, si no para William.
— Tal vez sabe que es alguien no digno de admirar — Pronunció Edison, cacheteando internamente porque ella no sabía de su rivalidad, donde tuvo una mirada conectada con Martin parecía que estaba tranquilo por él.
— No te preocupes, es porque recién me está viendo — Contestó William con delicadeza arrodillándose sobre su pantalón odiando ese acto porque se iba a ensuciar, pero hacía parte de su plan — Martin te llamas, ¿verdad? mucho gusto, mi nombre es William — Dijo mostrando su mano como signo de paz.
— No te acerques — Afirmó Martin con recelos escondiéndose detrás de Emma, quien se sintió ofendida por su actitud ante el señor William — ¿Martin qué te pasa? más respeto por favor — Manifestó Emma con tono serio, ocasionando que Martin cambiará de sus piernas a las de Edison, sorprendiéndola porque solo lo hacía con personas que le tuviera cariño y confianza.
— Martin sube al auto, iremos donde Lily — Ordenó Edison donde sin ningún problema hizo caso, ocasionando que Emma se sorprendiera cada vez más — Es un gusto verlo, señor William — Dijo con sarcasmo, rodando la mirada para dirigirse al auto en compañía de Martin.
— Perdón la actitud de mi hijo, él no es así normalmente — Manifestó con pena Emma hacia William despidiéndose con un beso en la mejilla, para ingresar al auto en compañía de su jefe y su hijo.
William se había quedado quieto observando cómo se alejaban del lugar, visualizo la casa de Emma con cuidado y sin que se dieran cuenta se escondió en el jardín. Necesitaba averiguar hasta el mínimo rincón de la casa, sin que se dieran cuenta porque si iba a atacar tenía que estar un paso adelante más que todos; especialmente porque Edison ya sabía de su plan. Edison por su parte, iba impaciente en el carro porque se habían metido con una parte especial de su vida. Temiendo por la vida de ella y la de Martin > pronunció su interior haciendo que estuviera más intranquilo moviendo sus piernas > respondió Martin con tristeza, observando como Emma miraba hacia la ventana definitivamente estaba molesta con su hijo, recordó que en su maletín llevaba un regalo para Martin.
— Pequeño, te tengo un regalo — Manifestó Edison con ilusión, esperando una respuesta positiva de Martin donde solo volteo a verlo unos segundos, escondió su mirada y colocó sus manos hacia el frente.
— Gracias señor — Contestó después de observar un pequeño lobo color gris en sus manos, aunque le costaba expresar sus sentimientos con el simple hecho de que lo hubiera recibido sin botarlo al suelo, significaba que había sido de su agrado.
— Le ha gustado, téngalo por seguro — Contestó Emma con seriedad observando directamente el animal de peluche ¿por qué un lobo? pensó para dentro de sí misma, volteando a verlo porque a pesar de todo seguía siendo un caballero con todos.