No comprendo.....
Clara lo veía llena de asombro, porque le hacía esa pregunta, era a caso que intentaba burlarse de ella, que era lo que aquel joven que hasta hacia unas horas ni siquiera quería verle a los ojos.
— ¿No comprendes mi pregunta?
Le dice Nathan mientras Clara teme decirle que no, como iba a comprender si él era tan complicado, antes salían al jardín, jugaban juntos como buenos hermanos, pero un día él comenzó a alejarse de ella, incluso sentía que estorbaba en aquella mansión por la manera en que ahora Nathan la trataba.
— Es solo que... No comprendo por qué me preguntas algo así.
El de pronto endureció el gesto, parecía haberse molestado por la reacción que había tenido Clara por la pregunta, ella enseguida se sintió mal y no supo que más hacer, intento hablar, pero la severidad de la mirada de Nathan la dejaba tan aterrada que no supo que más hacer.
— Tanto así te desagrado, ¿No aceptarías ser mi esposa?
Clara no sabía porque de pronto todo esto había cambiado, así que tomo aire y fuerza de donde ni siquiera sabia que tenía y pregunto con miedo aun.
— ¿Por qué terminaste con Lana?
De inmediato Nathan se quedó asombrado por lo que la joven le había preguntado, él la veía como si no supiera que contestarle a Clara, parecía meditar sus palabras por unos momentos y de pronto comenzó a explicarle a la joven el porqué del final de ese noviazgo.
— Lana y yo no teníamos mucho en común, lo mejor era terminar esa relación, simplemente mi interés esta puesto en alguien más....
Decía refiriéndose a Clara, pero a la joven aun cuando le llenaba de emoción saber que Nathan estaba interesado en ella tenía miedo, miedo a la reacción de los padres de Nathan a que ella aceptara una extraña propuesta del joven.
— ¿Por qué haces esto? Es decir, hasta hacia unas horas yo parecía incomodarte, sentí como te molestabas cuando yo estaba cerca, y ahora...
Nathan tomó sus manos y la veía a los ojos.
— ¿Te molesta que esté cerca de ti?
Pero era más que obvio que a Clara le atraía Nathan, ella lo sabía, sin haberlo deseado, sin darse cuenta como paso simplemente sucedió, no era algo que pudiera controlar, pero algo dentro de su pecho la hacía dudar sobre lo que pasaba.
— No, claro que no me molesta, es solo que no comprendo, porque ahora pareces alguien distinto, yo no....
Pero sin darle oportunidad a decir absolutamente nada Nathan se acercó a Clara y la beso, sus labios vírgenes fueron besados por primera vez por Nathan, el hombre al que ella amaba, por el que estaba dispuesta a morir si era necesario, todo esto parecía un sueño, como un cuento de hadas, Clara no pudo evitar dejarse llevar por los labios de Nathan sobre los suyos, sentía como todo su cuerpo comenzaba a vibrar al ritmo de las manos del hombre al que amaba sin haberlo planeado.
Nathan tomó su cintura y pego el cuerpo de la joven hacia el suyo, el beso que comenzó siendo tan puro, tan dulce poco a poco se convertía en uno lleno de pasión, Clara no sabía besar, jamás lo había hecho, pero amaba la idea de aprender con el único hombre que la hacía sentir como el corazón se le saldría del pecho.
Clara sentía que el aire comenzaba a faltarle, y Nathan quizá lo hizo también pues se separó de ella, Clara abrió los ojos para toparse con el gran hombre frente a ella, lo veía y Nathan tenía un rostro completamente distinto, parecía más relajado, su hombría había despertado, cosa que puso a la chica muy nerviosa.
— ¿Jamás habías besado a nadie?
Le pregunto Nathan a Clara, ella se sentía apenada, pero solo asintió y bajo la mirada, quizá lo había hecho tan mal que el joven lo noto de inmediato.
— Yo.... Lo lamento, no sé hacerlo, lo siento.
Pero Nathan tomo su barbilla y la hizo verlo a los ojos.
— No te disculpes, creo que es increíble que yo sea el primero en besar tus labios, ahora no puedes negarte...
Dijo con una sonrisa, Clara sonrió por las emociones de tenerlo ahí frente a ella, él parecía feliz de haber sido el primer hombre en besarle, pero las dudas seguían consumiéndola.
— ¿Negarme?
Nathan le dedico una sonrisa, como si estuviese orgulloso de haber sido el primer hombre en besarle.
— Sí, tienes que aceptar ahora.
Nathan sacó algo del bolsillo del pantalón y se inclinó sobre una rodilla, era como siempre se dice que será una propuesta de matrimonio, Clara se quedó congelada, veía como Nathan sacaba una sortija tan hermosa de la pequeña caja blanca en sus manos, él la tomo y le hizo la pregunta que toda mujer sueña con escuchar alguna vez.
— Clara, ¿Aceptarías ser mi esposa? Te prometo que siempre haré todo para que seas feliz, jamás te hará falta nada, por el contrario podrás hacer con tu vida lo que desees, no pienso ser un mal marido, te voy a tratar como tú te mereces.
Clara observaba sin poder articular palabra alguna, todo eso parecía tanto en tan poco tiempo que no sabía como actuar, lo único de lo que estaba segura es que amaba a Nathan, el hombre que estaba arrodillado pidiéndole matrimonio.
Ella solo asintió, acepto la propuesta sin dudar, pues lo amaba, y ahora era tan feliz porque ese amor era correspondido, no comprendía en que momento sucedió, pero ahora ella sería la esposa de Nathan, del hombre al que amaba.
Él le coloco la sortija en el dedo, la abrazo y pego su rostro contra el pecho de Nathan, ella se sentía tan protegida, tan feliz, como si no mereciera todo lo que ahora su corazón sentía, las lágrimas comenzaron a derramarse de pronto y Nathan le pregunto.
— ¿No estás feliz? ¿No estás segura?
Pero Clara de inmediato se negó, no era temor o duda, si no felicidad lo que ahora la llenaba por completo.
— No es eso, estoy feliz, esto parece un sueño.
Nathan la abrazo y le dejo bien claro que la haría muy feliz, que no tendría por qué dudar jamás que su vida sería maravillosa.
Ella no pensaba en nada más que él, ahora mismo parecía olvidar el pasado, las tristezas, los miedos, las dudas, ahora se concentraría en el amor que el hombre frente a ella le ofrecía.
Pero de pronto una duda llego a su cabeza.
— Pero.....
Nathan la observo y se quedó impaciente por lo que ella tenía ahora.
— ¿Qué sucede?
Pregunto el joven, quien creía que ya todo había quedado en su lugar.
— ¿Qué pensaran tus padres sobre esto, Susie? Quizá no les agrade, después de todo me ven como su hija.....
Pero el joven le dedico una sonrisa y acaricio su rostro.
— Tranquila, no debes preocuparte por eso, antes de hablar contigo lo hice con ellos, estaban felices, tú eres una buena chica, yo un hombre trabajador que tiene un buen futuro como nuevo dueño de la compañía de mi padre, él piensa retirarse, y estaba feliz de que me haga cargo de todo, sobre todo cuando le dije mis planes sobre pedirte que fueses mi esposa, ahora mismo nos esperan para felicitarnos, pues al igual que yo sospechaba que yo no te era tan indiferente.
Clara se quedó sumamente asombrada, sus mejillas se tiñeron de rojo, sentía el rostro caliente, ¿Todos sabían que ella estaba enamorada de él? Ni siquiera ella misma estaba segura de lo que sentía, era claro que no era buena disimulando tal vez.
— ¿De verdad?
Pero Nathan le resto importancia a la situación.
—Lo que importa es que aceptaste, y a partir de ahora comenzara nuestra nueva vida juntos.
Clara no creía cuanta alegría le proporcionaba el comenzar a imaginar una vida al lado de Nathan, ella estaba tan feliz que tenía deseos de dar saltos de alegría por todo el jardín.
— Vamos ahora, que tenemos que disfrutar de la fiesta y dar el anuncio...
Clara caminaba al lado de Nathan, que la llevaba de su brazo, ella se sentía como las princesas, escoltadas por su príncipe, era maravilloso caminar junto a él, era tan imponente, tan apuesto, fuertes brazos que podía sentir rozando a los suyos, sus tatuajes solo realzaban lo apasionante que parecía Nathan, recordaba cuando fue con la familia a un evento en la Universidad, sus compañeras le pedían las presentara con Nathan, pero claro ella se negó, diciendo que al joven no le gustaba mucho charlar.
Clara se ponía triste solo imaginarlo con otra.
Cuando Nathan presento oficialmente a Lana a ella se le partió el corazón, esa noche venía a su mente, lloraba desconsolada al recordar como él la besaba, parecía tan enamorado de ella, pero ahora eso había terminado, esa relación estaba finalizada, ahora Clara sería su esposa, y estaba sumamente feliz por ello.
Cuando llegaron a donde los invitados vio a los señores Forbes acercarse a ellos, su rostro delataba la duda, Clara sonrió tan feliz sin poderlo evitar y Nathan les mostró la mano donde Clara llevaba la sortija que le acababa de entregar.
Saul y Valentina, los padres de Nathan y Susie comenzaron a felicitar a la nueva pareja comprometida, tomaron un micrófono y dieron la noticia a los invitados, la familia Forbes ahora crecería, Nathan y Clara serian esposos.
— Nuestro hijo Nathan y la bella señorita Clara, nos han hecho tan felices el día de hoy, pues nos acaban de dar la mejor noticia del mundo, se han comprometido en matrimonio, así que todos están invitados a la boda.
Todos en la fiesta comenzaron a felicitar a la nueva pareja.
Clara observaba a un Nathan sonriente, que parecía disfrutar del momento, ella solo podía disfrutar del momento, tantas cosas que había sucedido en el pasado, y ahora estaba ahí, tan feliz, llena de emoción porque sería la esposa de Nathan, ahora nada le preocupaba, él le dejo bien claro que podría seguir con sus estudios, pero que no quería que trabajara aún, pues deseaba disfrutar del matrimonio, ella aceptó, también deseaba disfrutar el tiempo con él, con su amado Nathan.
Observo a Susie seria observándolos, ella caminó hacia la que era su hermana y la abrazo.
— ¿Lo amas?
Pregunto la joven, Clara sabia que tenía que ser sincera con ella, al final de cuentas seguirían siendo familia.
— Si, lo amo, no me preguntes como sucedió, solo.... Solo paso.
Susie la observaba con tristeza, cosa que a Clara le preocupaba, no quería perderle, ella era su hermana, su mejor amiga, le dolería mucho que se alejara de ella.
— ¿Por qué nunca me lo dijiste? ¿Por qué no me contaste que estabas enamorada de Nathan? ¿Creí que nos contábamos todo Clara? ¿Creí que entre nosotras no había secretos?
Pero Clara le dijo la verdad.
— Creo que ni yo misma lo sabía, esto es aún increíble, no sé en que momento sucedió Susie, pero así es, lo amo, y a ti te quiero mucho, por favor no te alejes de mí, porque eso me mataría, eres la única persona que siempre ha sido mi compañera de vida, tú sabes de mí lo que nadie más, conoces mis miedos, mis dolores, me has consolado cuando recuerdo a mis padres, pero esto que siento por Nathan es verdad, lo amo.
La joven observaba a Clara, su gesto cambio cuando ella le explico la situación, y pareció comenzar a comprender que no había sido planeado, que para Clara también era algo nuevo todo eso.
— Si lo hubiera sabido con certeza, te aseguro que tú lo hubieses sabido, me conoces mejor que nadie, sabes todo de mí...
Susie la abrazo con fuerza.
— Lo sé, y si tú estas feliz yo lo estaré por ti, deseo que sean felices, de verdad...
Clara se aferró al abrazo de la que para ella era su hermana, al final Susie lo sabía todo de ella, no quería hacerla sentir culpable en un día que parecía tan importante para Clara.
Nathan se acercó y Susie lo felicito también.
— Espero que no se te ocurra llevarte a mi Clary lejos, la necesito en mi vida...
Nathan le sonrió a su hermana y le dejo claro que no lo haría.
— Clara tampoco querría separarse de ti, así que viviremos cerca, además necesito estar en el área para no hacer viajes tan extensos a la compañía todos los días.
Susie se abrazó a su hermano que parecía feliz al tenerla entre sus brazos, siempre había sido un buen hermano, así que a Clara le encantaba poder verlos así, tan felices.
La fiesta se terminó, pero la señora Forbes no dejaría ir a descansar a los nuevos novios, ella quería comenzar a preparar la boda de inmediato, a Clara no le importaba la fecha, pero Nathan parecía desear que fuera lo antes posible, Clara estaba emocionada, pues el de verdad quería ser su esposo pronto.
— Bueno, las dejaremos solas, tienen mucho que planear, Nathan... Quiero hablar contigo, vamos a mi despacho.
Saul se llevó a Nathan, Clara estaba tan feliz cuando vio que él se acercó y beso sus labios.
— Te veré después, quizá mañana, porque mi madre parece bastante emocionada con la boda, no te dejara ir a dormir hasta que se le pase la emoción.
— Pues aun que lo dudes, estoy emocionada y feliz, Clara es la mejor mujer que podrías haber elegido, tomaste la decisión correcta Nathan, estoy feliz por ello.
— Anda hijo, vamos...
Dijo el hombre apresurando a Nathan.
Clara no podía dejar de ver al que pronto sería su esposo, aun todo esto parecía un sueño, pero estaba dispuesta a disfrutar de todo lo que ahora comenzaba a suceder, sería la esposa de Nathan, no lo podía creer aun, pero estaba convencida de que serian muy felices, lo amaba, y él a ella, nada podría salir mal.
Cuando por fin la señora Forbes la dejo ir a su habitación después de mostrarle cantidad exagerada de vestidos de novia, Clara no podía dejar de sonreír, abrazada de la almohada ella no paraba de reír, llorar, todo al mismo tiempo, era afortunada, se decía a sí misma, pues jamás pensó, ni en un millón de años que Nathan le propusiera matrimonio, que la amara con ella a él, ahora todo era distinto, se sentía llena de felicidad, como si fuese a desbordar, ahora mismo hablaba con sus padres, les contaba como cada noche su día, excepto que esta noche era tan especial, cuanto deseaba que ellos pudiesen estar ahí con ella, que sus padres disfrutaran el momento, pero eso era imposible, en medio de toda la alegría siempre terminaba por echarlos de menos, sabía lo felices que hubiesen estado....