En la preciosa ciudad de Liverpool, entre Southport, se ubica la playa de Blundellsands, una impresionante mansión de la familia Forbes Hens, en donde vive la preciosa Clara Rogers Stevens, Joven de 22 años que esta por finalizar sus estudios de mercadotecnia, observa como la joven Susie, hija de los Forbes corre en el jardín con su pequeño amigo peludo.
Clara era aún muy joven cuando comenzó a formar parte de esta familia, ella recuerda su infancia como una muy feliz, sus padres eran Ricardo y Blandell, una hermosa pareja que se demostraba siempre el gran amor que se tenía, y lo mucho que amaban a su preciosa Clara.
Nunca vivió en enormes casas, jamás tuvo cosas a manos llenas, vivían en una hermosa casa en la ciudad, una pequeña casa que era tan cálida y acogedora , recordaba como su madre hacía pan de elote, el favorito de su padre, como los días lluviosos bebían café junto a la chimenea, sus padres siempre tenían tiempo para ella, los recordaba por las noches siempre con cariño, la manera en que su madre la despertaba en las mañanas con un beso en la frente y las dulces palabras que le dedicaba.
- Mi dulce amor, es hora de despertar...
Clara sonreía pues le gustaba mucho el sonido de la dulce voz de su madre.
Por otro lado su padre se dedicaba a la venta de frutas y verduras, tenía un puesto que abría cuando dejaba a Clara en el colegio, ella amaba los fines de semana, pues podía acompañar a trabajar a su padre cada día, tenían lo necesario para ser felices, incluso los padres de Clara siempre le decían lo importante de estudiar.
- La educación te llevará tan lejos como lo desees.
Así que se esforzaba mucho para lograr su objetivo, Clara pensaba que si sus padres la cuidaban desde algún lugar en el cielo ella quería que se sintieran orgullosos de ella.
Aun recordaba con dolor ese fatídico día, su padre la llevaría a la playa por su cumpleaños número 12, por la mañana habían partido una tarta de coco, su favorita, le habían cantado feliz cumpleaños y llenado de apapachos, era una niña con suerte, pues era tan feliz con sus padres, hija única, ya que su madre tenía un problema en su matriz que le impidió tener mas hijos, aun así la pareja se sentía tan Bendecida por su princesa, su amor, como la llamaban.
- Te va a encantar el día que tu padre preparo amor, tenemos varias sorpresas para ti.
Clara estaba sumamente emocionada porque amaba ir a la playa de Blundellsands, en Southport, pues sabia que al finalizar el día como cada año la llevarían por unos Bagelś a Azul Monkey, él restauran más delicioso en el puerto, siempre finalizaban de esa manera, charlando sobre el maravilloso día que habían tenido.
Clara veía por la ventana del auto y observaba con emoción la playa, casi llegaban a ella, podía sentir el aroma del mar llenando sus fosas, todo era tan hermoso en ese lugar, que amaba el camino.
De pronto y como en cámara lenta sintió un golpe en el auto, era como si todo se detuviera, el automóvil donde ella y sus padres viajaban dio varios giros cayendo hacia un barranco contrario a la playa, el auto dio tantas vueltas que Clara termino muy malherida, cuando despertó en el hospital vio que tenía yeso en el brazo y le dolía la cabeza, una mujer a su lado la tomo de la mano, parecía tan preocupada por ella.
- Ahora llamaré al médico espera..
Pero Clara tomo su mano y le pregunto por sus padres.
- ¿Dónde están mis padres?
La mujer la observaba con dolor, como si sintiera pesar por decirle la respuesta a la pregunta de la niña.
- Primero debe revisarte el médico pequeña, después verás a tus padres.
Clara tenía temor, sentía en su pecho que algo no andaba bien, pero estaba mareada, y no podía ponerse de pie.
El médico la reviso y le dio indicaciones a la mujer que estaba al lado de Clara.
- Necesitará medicamentos, no la cirugía, la lesión no es tan grave, solo deben cuidarla y si presenta vómitos y fuertes dolores que el medicamento no alivie deben traerla de inmediato.
La mujer aceptó y le comento a Clara que era hora de ir a casa.
La niña estaba confundida, y de pronto vio a un hombre de cabellos oscuros entrar en la habitación, llevaba un poco de sangre y el labio inflamado, se acercó a la mujer y hablaron un momento.
- Podemos llevarla a casa, creo que será lo mejor.
La mujer quien se presentó con clara como la señora Forbes le dijo a la niña que la llevarían a casa, Clara no quería ir a ningún sitio sin sus padres, así que se negó.
- Quiero saber donde esta mi papá, mi mami, no quiero irme sin ellos.
La pareja con rostro lleno de tristeza y preocupación se acercaron a ella y le contaron lo que había sucedido lamentablemente.
- Mi querida niña, el accidente lamentablemente fue muy grave, tus padres...
La mujer se queda en silencio y su voz se quiebra.
- Tus padres murieron pequeña, ellos.... no lograron sobrevivir, tuvieron muchos golpes graves.
Clara siendo tan apegada a ellos, que no tenía más familia que sus padres, lloraba con tanta intensidad que partía el corazón de la mujer que la abrazaba con fuerza.
Una niña de 12 años no debería de quedarse sola, ahora era una huérfana, tenía mucho temor, pues la única familia que conocía eran su padre y madre.
- No debes preocuparte Clara, tú vendrás a nuestro hogar pequeña, te prometo que serás muy feliz, tenemos hijos, y serás como nuestra hija, nada te hará falta jamás, te aseguro que serás muy feliz en nuestro hogar....
Clara recuerda eso con sentimientos encontrados, mientras observa el jardín vació, ya no esta Susie, a la que considera su hermana.
Ella fue adoptada legalmente por los señores Forbes, quienes por alguna razón se preocuparon por ella ese día que sucedió el accidente, a partir de ese momento jamás la dejaron sola, incluso le daban todo lo que necesitaba, Clara conoció varios países en las vacaciones que pasaba con la familia, comenzó a asistir a los mejores colegios y aprendió idiomas, a sus 22 años hablaba ingles, scouse, francés, español, portugués y mandarín.
Era una joven que desde pequeña era toda una dotada, aprendía rápidamente y se ajustaba igualmente a todo.
Clara sufrió mucho después de la muerte de sus padres, pero gracias a un joven que se hizo tan cercano a ella lo supero.
El otro hijo de los Forbes era Nathan, que tenía ahora 25 años, cuando Clara llego a vivir a la mansión tenía 15 años, siempre pasaba las tardes con Clara, era todo un caballero, pero se convirtió en su mejor amigo, Clara sentía algo por él, lo supo desde qué lo vio la primera vez, pero al mismo tiempo sabía que él solo la veía como su hermana.
Clara siempre pensaba en él, sus paseos por los jardines, como él la protegía de quien se atrevía a burlarse de ella en alguna fiesta de sociedad, sabían el fuerte carácter de Nathan, así que aprendieron a no decir nada negativo de la joven, o tendrían que pagar con una buena golpiza, Nathan protegía a Susie y a Clara como lo que eran para él, su familia.
Pero con el tiempo el joven cambio, se alejó de la familia, tenía una novia que a sus padres no les gustaba para él, ella intentaba hablar con él, pero temía que él la rechazara, las comidas eran incómodas, pues el joven ya ni siquiera la veía, era como si Clara le hubiese hecho algo, pero ni siquiera lo sabía, no podía imaginarse porque Nathan había cambiado tanto de pronto.
Nathan amaba pintar, siempre lo hacía, de hecho la mansión tenía varias de sus obras, era muy bueno dibujando paisajes que te provocaban paz, siempre que se encerraba en su estudio era porque estaba estresado o de mal humor, antes Clara disfrutaba verle pintar por horas, pero ahora las cosas habían cambiado, ya no tenía el valor de llamar a la puerta para ver las nuevas obras de Nathan, sentía temor de que él la rechazara o incluso se molestara porque ella se apareciera en su estudio.
-¿Otra vez pensativa?
Dice la joven Susie entrando en la habitación de Clara.
- Hola, creí que estabas en el jardín...
Clara no podía ocultarle nada a Susie, quien era demasiado perspicaz, una hermosa castaña de ojos verdes como los de su madre, Susie camina dentro de la habitación y abraza a Clara.
La chica ve a Clara como su ejemplo, son tan unidas, ambas amorosas una con la otra, antes Nathan era igual, pero la adultez parecía no haberle sentado bien.
- Si, pero Gragui esta comiendo ahora mismo, ese perro glotón..
Decía Susie a Clara, que sonreía al escucharle.
- Pues es que los animales también sienten apetito Susie, ¿Cómo te fue en el colegio?
- Bien, ya sabes, clases y más clases, odio el mandarín, es complicado.
Pero como siempre Clara ayudaba a la que consideraba como su hermana mayor en sus deberes.
- No es tan complicado, solo necesitas familiarizarte con el idioma, anda, vamos a estudiar.
Susie y Clara van a su habitación, cuando caminan hacia allá ven que Nathan ha llegado.
- Hola, Nathan...
Dice Susie a su hermano, él la observa y la saluda de manera tan formal como lo hace últimamente.
- Hola, Susie.
Secamente, sin sonreír, Clara duda si saludarlo, pero al final lo hace.
- Hola, Nathan.
Pero el joven solo la observa y asiente, parece que Susie no se da cuenta por qué sigue quejándose de las tareas del colegio tan complicadas.
- ¿Cómo lo hacías Clara? Tú eres tan buena en la Universidad, siempre tuviste las mejores notas, dime tu secreto, ¿Drogas?
¿Algún multivitamínico? Dime tu secreto anda.
Pero Clara la abraza y le dice que es solo esfuerzo.
- Solo tienes que dejar de perder tanto tiempo de compras, enfocarte en tus clases, eso es todo...
Pero Susie era una chica sociable, demasiado quizá para Clara, que no tenía, amigos, era solitaria, la habían mandado a terapia pensando que quizá era algún trauma por la muerte de sus padres, pero no era así, Clara disfrutaba sus momentos de soledad, le gustaba escribir pensamientos propios, leer novelas de amor, las típicas donde el príncipe rescata a su doncella en peligro, amaba los finales felices, amaba el romanticismo que existía en cada una de ellas, siempre soñaba con un amor así, aun que pensar en ello la confundía, pues siempre terminaba suspirando por Nathan, ella sabía que quizá los señores Forbes no lo verían bien, al final los habían criado como hermanos, además sin contar con que Nathan ya ni siquiera la veía, no charlaban hacía mucho, desde que comenzó a tener una relación con una chica llamada Lana, él había cambiado mucho para con ella, siempre terminaba peleando con su padre, quien le decía lo mucho que detestaba que estuviera con esa mujer.
Los padres de Nathan eran muy amorosos con Clara, el señor Saúl Forbes era tan considerado con ella, le dejaban claro siempre lo importante que era ella para la familia, jamás hicieron diferencia entre ella y los dos hijos de la pareja, por el contrario siempre buscaban hacerlos cercanos, Clara ayuda a Susie a estudiar un poco hasta que los llaman a cenar, las chicas bajan las escaleras y escuchan al joven Nathan caminar tras ellas, Clara decide no voltear a verle, pues siempre siente una tensión que en realidad no comprende, hasta hacía pocas semanas la relación entre ellos era muy buena, no había problema alguno, pero de pronto Clara sintió que Nathan comenzó a distanciarse sin saber por qué.
Quizá a él le molestaba que Clara sin ser hija biológica de la pareja disfrutara de una buena vida, eso podría ser, tal vez se cansó ya de ser amable con ella, quizá lo obligaban a hacerlo y ahora se niega, ella pensaba por las noches llena de preocupación, quería concluir sus estudios para comenzar a trabajar, independizarse para que Nathan estuviese cómodo en su hogar, Clara sentía que estorbaba, intentaba quedarse en su habitación, no ser una molestia para él, pero ni con eso podía evitar las incómodas cenas a la mesa con el enfocado en su comida sin verla, sin charlar como antes lo hacían, eran tan cercanos, pero todo eso había quedado ya en el pasado.
- Y bien Clary, como te ha ido en la Universidad, recibimos la felicitación de tu maestro de portugués, que terminaste los módulos y ya tendrás tu certificación.
Clara estaba tan feliz de ser felicitada por la pareja de esposos que le habían brindado un hogar desde aquel terrible accidente, ella les agradeció en tantas ocasiones, sabía que habían sido mandados esos ángeles para cuidar de ella, ahora era una adulta y sabía que quería independizarse, trabajar mu duro para ser un ser humano del que esa maravillosa pareja se sintiera orgullosa.
- Si, mi profesor me felicito, dice que tengo facilidad para aprender, el módulo terminaba el próximo semestre, pero avance y lo concluí antes, les agradezco por el apoyo a ambos, a todos...
- Muchas felicidades Clary, eres increíble, y gracias por ayudarme con el mandarín.
El padre de Nathan lo observa y le reprende.
- Y tú que no piensas felicitar a Clary, a caso no tienes modales, o a caso esa mujer también te ha dicho que no hables con la familia...
El señor Forbes estaba molesto con Nathan, ya que este tenía una relación con una joven a la que ellos no consideraban como la indicada para él, para ser parte de la familia, pero como siempre ocurre el hijo hace lo que el padre no desea.
Nathan observa a Clara tan lleno de furia, molesto como si ella hubiese sido quien reprendió al joven, él la observo y después a su padre con esa mirada penetrante y se pronunció.
- Muchas felicidades Clara, otra cosa que haces muy bien, sigue así, lograras mucho en la vida.
Pero Clara al igual que la familia de Nathan nota el sarcasmo en sus palabras, como si supiera algo que ni la misma Clara comprende, ella solo asiente y dice gracias, pero de manera tan baja que apenas se alcanza a escuchar.
- Gracias...
El padre de Nathan lo observa tan serio y molesto que parece no poder seguir cenando.
- Ven conmigo, quiero hablar contigo Nathan...
Dice Saúl a su hijo, que lleno de furia deja el tenedor sobre la mesa y se limpia con su servilleta.
- Pero Saúl deja que termine...
El hombre observa a su esposa y le pide disculpas.
- Lo lamento, pero necesito hablar con tu hijo.
La forma en la que habla hace que el ambiente se sienta más incómodo aun, incluso que la despistada Susie se dé cuenta de ello.
- ¿Qué sucede? ¿De qué me perdí mamá? ¿Por qué Nathan y papá están molestos?
La mujer observa a su hija y sonríe.
- Tranquila cariño, tu padre y Nathan tienen que hablar de negocios, terminen de cenar para que vayan a lavarse, pues mañana hay escuela.
Susie lo deja pasar, pero Clara sabe que algo sucede entre Nathan y su padre, lo que no comprende es porque esta molesto con ella, si no recordaba haber hecho algo malo contra él, la ponía muy triste la forma en la que el joven le hablaba, como parecía sentirse incómodo cuando ella estaba presente, Clara en ocasiones derramaba lágrimas al sentir que cada vez era más inexistente la relación con el joven al que era tan unido a ella.
Cuando terminaron de cenar Clara subió a su habitación, ella se dio un baño y escucho unos pasos fuera de su puerta, abrió para ver si era Susie y se dio cuenta de que su mirada se cruzó con la de un molesto Nathan...
- ¿Ahora espías a los demás?
Le dijo el joven a la pobre Clara que solo pensaba que Susie estaba ahí, se sintió tan mal de escucharle hablar así, de dirigirse a ella de esa manera, ella no recordaba haberle hecho nada malo, pero él estaba tan molesto como si fuera la mujer que arruina su vida.
No se atrevió a preguntar ni decir nada, solo se disculpó y cerro su puerta.
Cuando lo hizo escucho el portazo dos habitaciones después de la suya, que era donde Nathan dormía.
Ella se sentó en la alfombra, abrazo sus rodillas y las lágrimas comenzaron a derramarse, Clara lloraba tan triste porque escuchaba las palabras del joven al que hasta hacía poco consideraba como el más dulce, ahora parecía otro completamente distinto, y no sabía el porqué de ese cambio, Clara se repetía a sí misma que quizá solo estaba estresado por algo, disculpándolo por la actitud que tenía hacia ella, pero una parte de sí sabía que la buena relación que tenían ya no regresaría jamás, debía intentar alejarse de Nathan para no hacerlo molestar e incomodarlo, pues al final ella era una adoptada, y tal vez eso le molestaba al joven.