Punto de vista Violeta Mi corazón se sobresaltó al verlo entrar por la puerta de la mansión, solté el libro que estaba leyendo y dirigí mi mirada hacia él. —Hola, volviste pronto —sus mejillas se sonrojaron. —Hola princesa, no sabes cuánto te extrañé. —Lo miré con ternura, como si de verdad fuéramos prometidos. Se lanzó sobre mí, colmándome de besos, yo enrede mis manos en su cuello y correspondí la pasión, mi lengua se enredó con la suya y nos dimos un beso demasiado largo y ardiente. —¿Me extrañaste? —le pregunté con voz consentida —Sí, mucho, princesa. Desde que estás en esta casa siento que no quiero salir de aquí. Me solté de su cuello y negué con la cabeza. —¿Cómo que desde que estoy en esta casa? ¿A qué te refieres? Salvatore me sonrió tímidamente y suspiró: —Princesa, me