Punto de vista Violeta
Salvatore se quedó dormido en mis brazos. Sentía su corazón latir con fuerza, como si quisiera salirse de su pecho. Lo abracé más fuerte, intentando concentrarme en el momento presente y olvidar aquel extraño recuerdo que había perturbado mi mente.
Suspiré. Salvatore era un hombre increíble, pero escondía secretos que me hacían sentir escalofríos.
Pasaron unos días y él seguía a mi lado, sin salir a ningún lado, cuidándome como si el accidente acabara de ocurrir. Incluso me alimentaba como a una niña mimada.
—Me estás malcriando, Salvatore. No es necesario —le dije acariciando su cabello, justo después de hacer el amor.
—No me importa que te conviertas en una pequeña caprichosa —respondió con ternura.
Tiré un poco de su cabello.
—¡Ay! —exclamó.
—¿Ah, no te i
