La Mate Silenciosa Rechazada del Alfa

Capítulo 10

Punto de vista de Johnathon

Sigo el rastro hasta un salón de clases cercano y, sin previo aviso, abro la puerta y la dejo cerrarse de golpe, escaneando con mis ojos cada rostro mientras la profesora me fulmina con la mirada. Le devuelvo la mirada fijamente y parpadea pero no dice nada. Ni siquiera los profesores pueden meterse con un Alfa. Les sonrío con suficiencia mientras busco con la mirada a la persona que busco. Me llevó un minuto y luego la vi.

Pongo mis ojos en una chica sentada ahí y mirando en dirección contraria a mí. Ella es la única que lo está haciendo y la estudio por un momento. Su cabello es rubio y largo, pero es su apariencia frágil la que me conmueve. Es tan pálida, tan delgada. ¿Acaso come alguna vez? Pienso sarcásticamente antes de corregirme. ¿Por qué me importa siquiera? Tiene ojeras como si nunca durmiera y su ropa le queda demasiado grande, ocultando su delgada figura, pero no a mí. Empiezo a perder el enfoque mientras la miro fijamente, la clase hablando en susurros que ignoro, debatiendo cómo hacer que me siga fuera del salón. Al final, decido por un enfoque directo, desesperado por terminar con esto y seguir adelante con mi vida.

-Tú-, finalmente digo, señalándola, y ella se tensa, girando su rostro para mirarme, el color drenándose de su rostro o eso parece. Se ha vuelto tan pálida que me pregunto si está a punto de desmayarse o desvanecerse. Espero que no. Eso es lo último que quiero tener que lidiar. -Ven conmigo-, ordeno usando mi tono de Alfa y ella se ve obligada a obedecer, la profesora frunciendo el ceño por la interrupción. No me importa. Quiero resolver esto ahora antes de que se convierta en un problema. Endurezco mi corazón, que empieza a doler. Mi lobo me está odiando en este momento y me veo obligado a poner una barrera para dejar de escuchar sus amenazas y quejas.

La chica me sigue con vacilación y entramos al pasillo. Paso mi mano por mi despeinado cabello y la miro, sintiendo un ligero latido de culpa por lo que estoy a punto de hacer, pero realmente no estoy seguro de qué más hacer. Ella merece un compañero mejor que yo, alguien que realmente pueda cuidarla y amarla. Yo no soy esa persona. Ni siquiera creo que sea capaz de amar a otra persona, excepto a mi madre, pero ella es la excepción.

-¿Cómo te llamas?-, pregunto y ella se muerde el labio antes de mirarme con desesperanza. Es adorable. Siento que mi respiración se entrecorta. Todo en ella es hermoso, desde su cabello dorado hasta la punta de sus pies. Mi lobo gruñe dentro de mí, odiándome. No le digo que yo mismo ya me odio por hacer esto a una chica inocente. Sigo manteniendo la barrera, aunque me duele lastimar a mi lobo al hacerlo.

-Me llamo Winter-, dijo muy quedamente y mi corazón dio un vuelco. Winter es un nombre tan hermoso y parece que le queda muy bien. Único, al igual que ella. Le di una sonrisa forzada, sintiéndome increíblemente culpable por lo que iba a hacer.

-Escucha, Winter-, comienzo a murmurar, -esto no es contra ti-, añado, divagando un poco mientras ella me mira como si fuera una persona loca, -pero me niego a tener una pareja y, desafortunadamente, tú eres la elegida-. Esperé alguna reacción por su parte, pero no hubo ninguna. Es casi como si estuviera en su propio mundo.

Exhalo y la chica se encoge de hombros como si no fuera gran cosa. ¿Acaso no entiende lo que le estoy diciendo? ¿No le importa? Duele un poco. Mi lobo está completamente miserable y se niega a hablarme. Si no fuera por la barrera, estaría tomando el control de mi cuerpo en este momento para intentar detenerme.

-¿Ya puedes rechazarme así puedo volver a clase?- murmura, -Todavía tengo tarea para entregar-.

Vaya, eso fue decepcionante. No sé por qué, pero supongo que esperaba que pusiera algo de resistencia y se negara a ser rechazada. Esto iba a ser doloroso, no solo para mí sino también para ella.

Me sorprende pero difícilmente puedo quejarme si eso es lo que pretendía hacer. Respiro hondo y la miro a sus preciosos ojos -Yo, Johnathon de la Manada Luna Azul, te rechazo a ti, Winter de la...-

-Creciente Plateada-, ella completa.

-Te rechazo a ti, Winter de la Manada Creciente Plateada-, terminé sombríamente y espero mientras ella respira hondo antes de hacer lo mismo.

-Yo, Winter de la Manada Creciente Plateada, acepto el rechazo de Johnathon de la Manada Luna Azul-, dijo monótonamente y parpadeo, sorprendido por su falta de reacción. Sin decir una palabra más, se va, ni siquiera mirándome de reojo, y la observo partir con remordimiento. ¿Le habré herido los sentimientos? Es imposible saberlo. Parecía tan distante de alguna manera. Lo dijo de manera tan indiferente, como si no esperara nada menos de su compañero, y me siento increíblemente triste por la chica a la que ni siquiera he conocido adecuadamente antes de rechazarla tan rápidamente.

Siento un ligero pinchazo al romperse el vínculo de pareja, pero nada mas, preguntándome si Winter incluso sintió el dolor. Por todo lo que había escuchado, esperaba que fuera bastante más doloroso. Ni siquiera sé si ella sintió algún dolor por la reacción y considerando que claramente aún no tiene su lobo, lo que significa que es más joven que yo. Pero no debe ser mucho más joven. También parecía tan derrotada, algo que fue un shock ver en alguien tan joven como ella. Suspiro. Al menos no ha sido incómodo y ella ni siquiera ha opuesto resistencia. Tal vez Winter también quería lo mismo. Por lo que sé, tal vez ella tampoco quería una pareja y estuvo feliz de aceptar mi rechazo. Tal vez incluso -le hice un favor al rechazarla primero. Eso es algo bueno, ¿verdad? Entonces, ¿por qué me siento tan mal? ¿Por qué no puedo dejar de imaginarla en mi mente? Me dirijo a mi siguiente clase, esperando fervientemente que no sea una en la que esté Winter. Eso sería aún más incómodo. Pero luego recuerdo que ella es más joven que yo e interiormente me alegro, sabiendo que no tendré que verla en ninguna de mis clases. Bajo la barrera y mi lobo se niega obstinadamente a hablarme, haciéndose el enfurruñado en segundo plano. Encogí de hombros. Con el tiempo superará eso y se dará cuenta de que hice lo correcto. Amar es sufrir. Debería recordarlo.