—¿Sucede algo, linda? —preguntó Giorgio al ver la expresión en su rostro. —No, no es nada —dijo Christine, aparentemente despreocupada. —Bien, porque quiero que me acompañes a un evento —dijo sonriente. —Lo siento, Gio, pero no estoy para esas locas fiestas tuyas —hizo una mueca. —Descuida, esto será un evento refinado —aclaró él—. Cada año suelo asistir junto a Jamie, pero siempre con una chica. Ya sabes, tenemos que disimular, nadie sabe que somos gays. —¿Quieres que sea su tapadera? —ella alzó una ceja. —Jamie me contó que últimamente su padre está sospechado de algo, debemos llevar chicas para disipar cualquier duda o rumor —suspiró. —Entonces no vayas. —No puedo hacer eso, siempre asisto —hizo una mueca—. Si no voy, su familia encontrará raro el que yo no haya asistido. —Bi