Capítulo 56
Dime si tú puedes decir lo mismo
Pero el hombre que acababa de ser golpeado por un jarrón inmediatamente se puso furioso, sacó su polla que ya no estaba emocionada del coño de la mujer e intentando protegerla de la mirada de Sofía la cubrió cuidadosamente con el edredón, dejándola como una oruga y Le dijo suavemente
“espérame aquí, cariño, aún no hemos terminado”
Esas palabras, esa calidez hirieron profundamente a la arrogante Sofía, realmente no lo podía creer.
En este momento recordó que cuando ella se convirtió en la esposa de Edgar, aunque él siempre supo que había caído en su trampa, nunca mencionó el tema y la trataba muy bien, siempre llevaba el desayuno a la cama y la cuidaba mucho cuando le hacia el amor…
Justo ahora pensó ¿Cuántos meses han pasado desde la últi
