¡Toc-toc, toc-toc!. El toque de la puerta sacudió su momento más pleno de descanso, en horas de la madrugada. Tan extasiado que estaba el y su lobo para que los interrumpieran de forma tan abrupta. Al despertarse, sintió la conexión de beta. —¡Alpha, responda...ha pasado una desgracia!. —¿Dime Elioth?, espero que no estés exagerado. —Habrá la puerta. —Ok. Cortaron conexión, dió un salto de la cama y fue directo a la puerta, al abrirla noto el semblante sudoroso de su beta. Debía estar en lo cierto. Apenas pronunció palabras, se dispuso a vestirse, mientras el aguardaba en el umbral de puerta, a la espera. —Me imagino que debe haber algún muerto, ya todo el ambiente empieza a apestar. —Es bueno que lo vea por sus propios ojos. No es solo el hecho, también la simbología del desastre