Octavia Orión me miró y señaló una silla en la mesa. Me acerqué y tomé asiento, mientras él se acomodaba a mi derecha, ocupando la siguiente silla. Estábamos uno al lado del otro, y la cercanía me hizo sentir incómoda y ansiosa. Sam finalmente soltó a Lucas, y ambos se sentaron frente a nosotros. La mesa estaba llena de deliciosos platos, y el aroma de la comida me hizo darme cuenta de que tenía hambre. Mientras observaba a los demás, traté de mantener mis emociones bajo control y prepararme para la conversación que vendría. —¿Cómo estás? —me preguntó Orión, su voz era suave y llena de preocupación. Sentí el peso de su mirada sobre mí, pero no me atreví a mirarlo directamente. —Bien, gracias por preguntar, Alfa. —Respondí en un tono neutral, manteniendo mi mirada fija en la mesa. No es