Ella ladeó la cabeza cuando un pensamiento cruzo su mente —Quizás el que acosador es otro —Ella lo encaró —¿Algún tipo de pasatiempo raro o fetiche retorcido? Pudo haber sonreído cuando lo vio inhalar con fuerza y apretar la mandíbula, casi pudo haberlo hecho —No se lo crea tanto usted, señorita Larsson. —¿Sabes? Estoy segura de que la tienes grande y hace juego con una gran boca que tienes y que nunca se calla — No fue hasta un par de segundos después que se dio cuenta que lo habia dicho en voz alta y no en sus pensamientos como habia creído Y al segundo siguiente él se encontraba inclinándose hacia adelante y murmurando: —Estoy seguro de que puedes comprobarlo y salir de esa duda. De repente todo era demasiado intenso, demasiado alto y demasiado vívido. Su pecho subía y bajaba y