Edward Una semana había pasado y mi Jane Doe todavía estaba en un ventilador y le daban medicamentos para el dolor. Jackson la llamó así una vez y decidí seguir con eso con la esperanza de dejar de llamarla mía. Necesitaba rechazarla y cuanto más la llamaba mía, más difícil sería para mí cumplir con eso. Por supuesto, eso no me impidió ir al hospital todos los días y tomar su mano. No me impidió tararear sus melodías sin palabras o ayudar a Ella a girarla para prevenir llagas, a pesar de todas sus objeciones. El Dr. White me dijo ayer que se ve lo suficientemente bien como para quitarle el ventilador pronto y reducir sus medicamentos pesados para el dolor. Insistí en un día más, principalmente para asegurarme de que tuviera un poco más de tiempo para sanar, y en segundo lugar para darme