Yuri tenía unos ojos preciosos, eran más claros que los de su hermana y eso los hacía casi blancos. Y aunque su mirada podía ser la de un hombre frío y malvado, en realidad Yuri era el chico más noble y amable de todos, tenía un corazón bondadoso y pocas veces se metía en problemas, tenía un promedio académico muy alto y demostró ser muy inteligente desde muy temprana edad. —Lo hiciste bien —dijo Mikhail con una sonrisa tenebrosa. —Creí que serían armas. —¿Tienes algún problema con no lo sean? —No. —Entonces no me hagas creer que si. —Me tomó por sorpresa, creí que serían armas. —Bueno, da igual, es solo mercancía. Todas las personas que él había sacado de esa pizzería estaban ahora de pie y pegados a la pared de terciopelo. —¿Qué vas a hacer con ellos? —¿De verdad quier