La misma mañana New York Christopher Admito que tengo una gran debilidad por las mujeres y soy incapaz de morderme la lengua cuando estoy delante de una belleza como Martha, más bien es muy natural coquetear, es un instinto y un deseo querer tener sexo con ellas, o en otras palabras pierdo la compostura, pero por primera vez me estoy dando contra la pared, porque esta chica con su rudeza, con su mal genio, me está haciendo las cosas difíciles, incluso me dado un discurso sobre lo que es modelar, recordándome a mi padre con su seriedad y severidad, claro que en vez de frenarme y comportarme, lo que ha conseguido es tener mi interés de una manera extraña. Al punto de sentirme retado cuando dijo que no tengo constancia, pues me repitió entrelíneas vago, flojo, todos los adjetivos para des