Capítulo 2

817 Words
Sabana miró de nuevo los documentos y miró a Johnson que la miraba impaciente. -lo siento, esto ha sido una pérdida de tiempo, no sé puede hacer nada- dijo la pelinegra y miró al empresario Miller que sonreía con arrogancia y eso la ponía furiosa.  No iba a negar que era guapo, cabello rubio, piel blanca, sonrisa perfecta, cuerpo de infarto y esos ojos azules que te hipnotizaban, ojos que ella sentía que había visto antes, pero no recordaba.   Él la miraba y está vez ella no bajo su mirada. - ¿te conozco? - preguntó extrañada, aunque no lo recordaba algo le decía que lo había visto antes. -tal vez- contestó él sonriendo con malicia al ver la expresión de ella. -bueno creo que ya los puntos están claros y bueno no hay nada que hacer- dijo Tyler para que se acabará la guerra de mirada que se tenían ellos. -bueno mi cliente y yo nos retiramos- dijo Sabana levantándose de la silla al igual que Johnson. -un gusto conocerlo doctor Wilson- dijo la pelinegra estirando su mano y el castaño se la acepto e hizo lo mismo con Jack. -señor Miller- dijo, pero su mano quedó en el aire y la quitó un poco avergonzada por culpa de ese prepotente, idiota y sinónimo de animal.   Sabana iba rabiosa, uno porque había perdido, dos por sentir curiosidad por ese tipo y tres por que la humilló frente a Johnson y su abogado.   Llegó a su penhouse, se dio una ducha y luego se tiró en su cama, ese día había sido muy largo.   Estaba quedándose dormida y una mirada se apoderó de su mente, esos ojos azules llenos de odio que la miraban fijamente. Abrió los ojos y se levantó eso había sido raro.   Agarró el frasco de pastillas que su psicóloga le recomendó y tomó dos para luego quedar completamente dormida sin pesadillas.   Jack llegó a su departamento, sacó su corbata y su madre lo recibió con una sonrisa. - ¿Cómo estuvo el trabajo hoy? - preguntó sonriente. -algo estresante, pero maravilloso- dijo recordándola a ella, esa mujer que desde su adolescencia lo volvía loco, aunque el odio por ella se apoderó de su cuerpo tensando sus músculos. - ¿estás bien? - preguntó su madre al ver su estado. -estoy bien quiero estar solo- dijo y luego caminó hasta su habitación encerrándose en su cueva. -una vez me dañaste, ahora vas a suplicar para que te amé, mi querida princesa- dijo sonriendo con malicia.   Miró de nuevo esa foto que siempre traía con él, esa foto de su graduación y el día en el cual ella le rompió el corazón.   Flash- back   17 de noviembre del 2004   El chico miraba de lejos esa niña que amaba, tal vez siempre lo había tratado con gritos, siempre se burlaba de él, pero eso no le importaba porque ella era su princesa y el amor de su vida.   Justo el día de su graduación iba a dejar su timidez y le confesaría sus sentimientos a su niña bonita. -vamos Jack es ahora o nunca- se aconsejó él mismo y se encaminó hacia ella. -Sabana- dijo él y ella lo miró con una ceja alzada. - ¿Qué quieres ñoño? - preguntó ella y todos soltaron las carcajadas, aunque eso lo hizo sentirse diferente como las otras veces que ella se había reído de él ya estaba acostumbrado. -yo, yo que quería- dijo tartamudeando. - que, que quería- se burló la pelinegra y todos volvieron a reír. -yo, yo quería de decirte que, que, te, te amo- dijo y todos se quedaron en silencio y Sabana estaba con la boca abierta, pero luego soltó una carcajada. - ¿me amas? - preguntó alzando una ceja y acercándose a él hasta rosar su nariz. -si- contestó él mirando esa boquita rosada que tanto ha deseado besar.   Ella se apartó dejándolo un poco perdido. -mírame ñoño, solo mírame- dijo ella dando una vuelta y él frunzo el ceño. - ¿me vez? - preguntó y él asintió. – ok, esto que tu vez jamás escúchame muy bien jamás estará a tú altura- dijo ella y él sintió un vacío en su pecho. -solo mírate, un ñoño, gordo, grasoso, nerd, antisocial, granoso ¿crees que alguien como yo podría salir contigo? - dijo ella y todos en el salón soltaron a reírse. Él joven empezó a lagrimar y su corazón se estaba haciendo pedazos. -wow el ñoño está llorando, pobrecito el maricón- dijo y luego se soltó a reír al igual que los demás y él la miró con odio. -algún día vas arrepentirte de ser tan cruel y vas a sufrir- dijo él lleno de odio y luego salió corriendo. -marica- gritaban los demás, pero Sabana después sintió algo en su pecho por las palabras de ese chico que había sido su conejillo de bromas.   Fin del Flash- Back.
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