Una vez que Alejo se encuentra en la fiesta, su socio Don Fermín, lo recibe en un apartado con una hilera de chicas vestidas solo con lencería fina esperando por él. —Sé que me dijiste que las eligiera yo, pero no pude decidirme, hay demasiado material, así que, te traje una pequeña selección para que tú mismo escojas tu preferida. —Nunca dejas de sorprenderme querido amigo, por eso mismo tú y yo nunca dejaremos de hacer negocios juntos. Alejo se acerca caminando hacia las chicas quienes no le quitan la vista de encima a medida que él pasa frente a ellas. Se detiene frente a una trigueña de ojos azules, preciosa y, sin previo aviso, coloca sus manos en su trasero y lo agarra con fuerzas para luego, lamerle el cuello. —Tú eres mi primera escogida mamasita —dice mientras le toma el brazo