Cuando Gaby entró a la escuela, la maestra que estaba en la puerta supo de inmediato que ella era la niña nueva. Ella sabía el rostro de todos los chiquillos que asistían a la escuela, así que no le fue difícil descubrir que esa nueva carita era la alumna de la maestra Irene. —Hola, pequeña tu debes ser Gaby Sky—dice la maestra porque Irene les había dado el nombre de su nueva alumna en el grupo privado de maestras, donde entre ellas hablaban y chismeaban. —¡Si, soy yo! ¿usted será mi maestra? —pregunta la niña con una sonrisa. —No, pero como es tu primer día te llevaré a tu salón de clases, ¿y tu papá? Ellos siempre deben guiar a sus niños el primer día —pregunta la maestra alzando su mirada para ver si encontraba al guapo rubio que ella conoció desde lejos ayer. —Mi papi no me pudo a