En el momento que Dylan escuchó esa frase: «mi novia» salir de la boca de aquel hombre, él pudo sentir como sus ojos se tornaron rojos de la ira, al grado que rugió un poco tratando de calmarse, porque sentía como su lado animal podía salir a la vista de ese montón de humanos que los rodeaban. Irene conocía al alfa muy bien, y ella sabía que él estaba mas que furioso en ese instante y lo único que le impedía que no le hiciera daño era Daniel que estaba ahí delante de ella. Así pues, el hombre lobo se soltó con violencia del agarre del ángel, entre tanto Irene con disimulo se resguardaba en Daniel porque no quería estar delante o al alcance de su exnovio en ese estado. —¿Tu novia? —preguntó Dylan con ironía viendo a Irene con una sonrisa, a pesar de que sus ojos estaban inyectados de furia