Le mando la ubicación. Se quito la bata y se cambio de ropa, iría a verlo por qué; muy seguramente, averiguaría todo y podría presentarse en la boda, no iba a correr ningún riesgo. Así que se puso el abrigo, unos zapatos de tacón alto; aunque no supo porque, la bolsa, las llaves y el celular. Antes de sacar el auto del estacionamiento, metió la dirección en el GPS, era un complejo de apartamentos demasiado lujosos, de lejos comparado con el de Octavio, ¿cómo podía Bruno pagar un lugar como ese? Al llegar no tuvo que esperar demasiado, el vigilante de la caseta ya la esperaba y le indico el lugar correspondiente a los invitados del departamento de Bruno. Tampoco tuvo que tocar, la puerta se abrió en cuanto se acerco al pequeño jardín, seguramente la estuvo observando por la ventana, mient