Capítulo 5: Incertidumbre

2063 Words
Al día siguiente tenía miedo de abrir la puerta porque él seguía en el departamento, trató de hacer sus cosas con normalidad hasta que escuchó el timbre en la puerta, era el chófer de Bastian, lo había enviado a recogerla, su padre no quería dejarlo entrar, pero él se abrió paso, ella salió con su maletín en la mano y le dijo a su padre que tenía que ir a trabajar, sin esperar respuesta salió con el chófer detrás de ella, le dio las gracias y la llevó a la oficina. Al llegar ahí, Camila le hablo y ella le contó llorando todo lo que había pasado con su padre, la invitaron a comer para que pudiera desahogarse y que les platicara bien lo que había sucedido, pero omitió contarles lo del dinero y de que su padre la amenazó con enviar a su madre a la cárcel. Bastian y Camila no le permitieron ir a su departamento hasta asegurarse de que su padre se había ido de la ciudad. Otro hombre de seguridad de Bastian rastreo sus pasos hasta que abordo el avión de regreso, solo así la dejaron regresar. No les contó lo del dinero, tenia demasiada pena y vergüenza, de hecho, si no fuera porque las lagrimas la traicionaron y el informe de la administración del edificio, no les habría contado que trato de entrar a su habitación, no quería darles mas molestias. Al día siguiente, ya en su oficina llamo a su madre, pero nadie contesto en la casa, ni siquiera Gloria, era como su dama de compañía, una amiga de años, que se encargaba de la casa. Eso era raro, pero últimamente salían juntas a todos lados, lo cual quería decir que alguna de las chicas de servicio debían contestar el teléfono, luego recordó que su madre le dijo que la mayoría de las chicas habían renunciado porque su padre tardaba en depositarles su p**o. Se quedo pensando, desde hace cuanto tiempo las cosas se pusieron mal y ella hizo caso omiso, ya sea porque estaba muy ocupada con el trabajo o porque egoístamente, no quería saber nada de lo que pasaba en esa casa que ya no era mas la suya. Dejo el teléfono y se concentro en el trabajo, decidió que seria positiva. Claro que se había quedado sin un peso, pero tenia trabajo, era seguro y bien remunerado, tardaría bastante en recuperar lo perdido, pero no importaba, tenia que seguir adelante. Al fin y al cabo era dinero, las perdidas materiales se recuperaban, pero ahora con mayor razón tenia que convencer a su madre de dejar a ese hombre diabólico, ese no era su padre, no podía serlo si había intentado entrar a su habitación ¿que pretendía?, si hubiera querido hablar con ella, pudo decirle lo que necesitaba desde afuera, pero sus intenciones eran entrar a su habitación, seguramente estaba completamente ebrio o de otra manera no se explicaba lo que intento hacer. Tania que cambiar las cerraduras, le había devuelto las llaves del apartamento, pero no podía asegurar que no saco una copia. Era horrible tener miedo de tu propio padre, lo que le paso a Camila fue horrible, pero al menos eran desconocidos o apenas conocidos, sin embargo, saber que no puedes confiar de tu propia familia o en este caso, el hombre que te dio la vida, era mucho peor. Antes de salir de la oficina, llamo a su casa de nuevo, pero nadie contesto. Estaba empezando a preocuparse, no era posible que Marcela y Gloria se hubieran pasado todo el día en la calle o quizá habían aprovechado que su padre no estaba. El celular estaba apagado y el de Gloria decía fuera de servicio. Apago todo y cerro la oficina, como siempre, se acerco a la oficina de Bastian y pregunto si todo iba bien, sin novedades, ya la conocía su asistente, así que ya no le extrañaba que lo hiciera. Al llegar al edificio, recordó lo de la cerradura y se acerco al mostrador de recepción, pero en cuanto se acerco, el chico le entrego un juego nuevo de llaves, le explico que el Sr. Moore les ordeno cambiar las cerraduras y también les dio indicaciones de que el hombre de la otra noche, tenia prohibida la entrada al edificio. Entro y de inmediato se sintió mas segura, saber que no podría entrar al edificio y mucho menos a su apartamento, aunque presentía que durante algunos días, seguiría durmiendo con la habitación cerrada y la silla trabando la perilla de la puerta. Recordó que su nueva secretaria le dijo que dos personas desconocidas pidieron cita con ella para la próxima semana. Uno era Octavio Jasso y el otro era Bruno Orellana. Bastian no quería que frecuentara a Octavio, así que le anoto en su agenda electrónica a su secretaria que no le diera cita al Sr. Jasso y en cuanto al otro hombre, no sabia quien era. Llamo otra vez a su casa, pero seguía timbrado el teléfono sin que nadie atendiera, la casa no era enorme como para que no escucharan el teléfono y los celulares seguían apagados. Trato de pensar a quien podía llamar, unos minutos y nadie le vino a la cabeza. Decidió que al día siguiente llamaría a la empresa, ahí tenían que saber que pasaba en casa, incluso pediría hablar con su padre. Se sentía cansada, pero no podía conciliar el sueño por estar pensando, necesitaba distraer su mente, recordó el nombre que vio en la agenda ¿quien era Bruno Orellana? Busco en f*******:, pero la mayoría tenia su perfil privado, algunos incluso demasiado, i********: igual, en twiter igual. Busco su nombre en google, pero solo aparecían unos cuantos resultados y la mayoría eran de otros países, nada en concreto y ningún perfil se le hizo conocido, la referencia en la agenda solo decía agencia de publicidad. Quizá Bastian tenia pensado planear una gran campaña de publicidad para el nuevo proyecto que estaba por terminar, tal vez quería discutir el presupuesto. En las observaciones le dijo a secretaria que lo llamara y programara la cita lo antes posible, si Bastian preguntaba, quería tener el presupuesto listo para que él lo autorizara. Eran las 7 cuando recibió la llamada, somnolienta contesto el teléfono, para ser Domingo era demasiado temprano, ese día en particular se levantaba tarde, era como darse un respiro y consentirse un poco. Desayunaba fuera y luego hacia todos sus pendiente para la casa, como comprar los insumos para que la chica que le ayudaba, tuviera lo necesario. La conoció en la calle, decidió confiar en ella y la dejaba estar en casa para hacer sus tareas de la escuela y le pagaba por ayudarla con la limpieza. La voz de su madre la despertó por completo, se escuchaba algo triste y cabizbaja —¡Larissa, mi amor! —¡Mama! ¿Donde has estado? Te he estado llamando y también a Glory, ninguna contesta el celular. Papa estuvo aquí y me..... me..... me quito todo el dinero que tenia. Necesitamos hablar..... —¡Perdón hija! No puedo seguir hablando, se me acabo el tiempo. Te llamare después........ - la linea se corto. No pudo evitar el mal presentimiento, algo había pasado, se paso todo el Domingo en ascuas, deseaba que llegara el Lunes para poder llamar a la empresa. En cuanto fue la hora adecuada, llamo al numero directo en la oficina de su padre, pero nadie contesto. Llamo a los teléfonos de la empresa, sonaron varias veces, al final contesto una voz desconocida y solo dijo ¿con quien quiere hablar? —Santiago Vallejo, por favor. —¡Lo siento! No se encuentra. ¿Alguien mas con quien desee hablar? —El Sr. Antonio Caseres. —Un momento por favor - la dejaron en la linea mucho tiempo - después se escucho una voz molesta que le grito a alguien, que no estaba para nadie. Y que preguntara antes de pasarle llamadas ¿pregunto de mala manera quien era? ¡¿ademas de todo no preguntas quien llama?! - ¡¿Quien habla?! —Hola Antonio, soy Lariss.......... - se corto la linea - volvió a marcar, pero la linea estaba descolgada y no entraba la llamada. Ahora si estaba preocupada y desesperada, algo muy grave paso en la empresa y no sabia ni donde estaba su madre. Trato de recordar nombres de personas, puso a su secretaria a llamar a todos los que recordaba, pero nadie quiso tomarle la llamada, solo daban pretextos y decían que no se encontraban disponibles. Odiaba tener que dejar la empresa, no tenia mucho que tomo el nuevo puesto, pero necesitaba viajar y averiguar el paradero de su madre. Llamo a la oficina de Bastian y le pregunto si podía pasar a verlo, el noto su aprensión en la voz y le dijo que por supuesto, solo que fuera rápido porque iba a entrar a una reunión. Se apresuro, cuando, llego toco la puerta y entro. El levanto la vista pero enseguida la bajo al documento que tenia entre las manos. —¿Dime para que soy bueno Ari? —Me apena mucho pedirte este favor, pero necesito ir a ver a mi madre - el dejo el documento y la miro - No he podido comunicarme con ella y no se si lo que dijo mi padre de la empresa sea verdad. —No te preocupes, de hecho, tienes tus vacaciones pendiente. Puedes tomarlas, en cuanto dejes todo listo, si te apuras puedes irte mañana mismo – la vio removerse incomoda – O si te urge mucho...... le pediré a tu antigua secretaria que te apoye........ —Si eso fuera posible, te estaría eternamente agradecida. —Bueno, la llamare para que suba a tu oficina. ¡Gracias, Bastian, eres un angel! —No te preocupes, Querida. Cuando llegues repórtate, porque Camila va a estar muy preocupada por ti. —Lo haré. Me voy para que puedas entrar a tu reunión - salió rápido y cuando llego a su oficina ya estaba Caro ahí – Gracias por venir, Caro. Necesito irme hoy mismo, no hay mucho que este pendiente, todo esta organizado. —No te preocupes, Ari. Gracias por confiar en mi y recomendarme con Bastian para ocupar tu antiguo puesto. No los voy a defraudar, a ninguno de los dos. —Gracias a ti, Caro. —En realidad tienes razón. Todo esta muy bien organizado, si estas de acuerdo, tomare tus citas hoy y revisare los pendiente, si hay algún problema te llamare al celular. —¡Dios! Lo olvide, no tengo teléfono, debo conseguir uno antes de irme. —¿Qué le paso a tu teléfono? —Lo extravié en algún lado. Pero conseguiré otro antes de irme, tenia respaldo de mi información, no creo que se pierda nada. —Esta bien, entonces…… ya puedes irte y buen viaje. —¡Gracias! Nos vemos cuando regrese. Tomo sus cosas y salió de la oficina. Antes de irse le dijo a su secretaria que estarían en contacto por teléfono y que apoyara en todo a Caro. Ella le dijo que no se preocupara por nada y le deseo buen viaje. Estaba por entrar al ascensor cuando su secretaria llego corriendo y le entrego una pequeña caja blanca, le dijo que la envió Bastian para ella, pero que había olvidado entregársela, le dio las gracias y se despido. Larissa miro la caja con curiosidad, era un teléfono iPhone. Se preguntaba como sabían esos dos lo que ella necesitaba, nada se les escapaba. Solo esperaba que cuando su hijo naciera, se entretuvieran con él y dejaran de tratarla a ella como si fuera su hermanita pequeña, siempre les estaría eternamente agradecida, solo que a veces, su atención era abrumadora. Bueno, lo del teléfono por supuesto que era una gran idea. Llego al sótano y estaba pensando en que hacer con su auto, si dejarlo en el edificio y de ahí tomar un taxi al aeropuerto o manejar hasta allá y dejarlo en el aeropuerto. Pero como siempre, Cami y Bastian se le adelantaron y le resolvieron el conflicto, el chofer ya la esperaba y tenia su maleta lista. Camila llamo a Ricky y le pidió preparar su maleta, enviaron a Ron para llevarla al aeropuerto y no perdiera tiempo, incluso le hizo la reservación, tenia el tiempo justo para llegar y abordar el avión.
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