Nick Realmente estaba muy enferma con su nariz roja al igual que sus mejillas y ojos, la vi como se dejaba vencer por el sueño, aunque luchaba por no dormir hasta que no pudo más. La luz de la luna a través de la ventana caía en su rostro, se había quedado dormida con su cabeza apoyada en una mano, por lo que tuve que acomodarla. Cubrí su cuerpo con su sábana y toqué su cuello, aún tenía temperatura, pero ya empezaba a sudar y le quité un poco de cabello en su frente. Doblé las mangas de mi camisa y la llevé hasta mis codos, entonces recibí una llamada. —¿Bueno? —Hermano, ¿por qué saliste a mitad de la reunión? ¿Está todo bien? —Mmm —pellizqué el puente de mi nariz. — Sí, bueno.. no. —¿Qué ocurre? —Estaba preocupado. — Algo muy grave debió ser, porque no eres de salir antes de q