Emma
Me pareció extraño el amanecer en su cama, pero miré a mi alrededor y él no se encontraba por ningún lado. Hice una mueca y me desperecé, sintiéndome bastante mejor.
—¿Dónde dormiste anoche? —le pregunté bajando las escaleras, al notar que estaba en la isla de la cocina.
—Buenos días —tomó su café como si nada. — Ya veo que estás mejor.
—No me respondiste —solté un bostezo y me senté en el sofá. — ¿Dónde dormiste?
—No dormí —volvió a tomar café. — Te preparé el desayuno.
—¿Qué hiciste… qué? —no lo podía creer.
—Si no lo comes, me ofendería mucho — Nick sonrió sin mostrar los dientes.
—Esto es muy extraño —me puse de pie, mirándolo con aprensión.
—¿Qué cosa?
—Estás siendo amable. ¿Por qué tú cambio? —lo miré con desconfianza.
—Solo hice el desayuno, mujer —dijo divertido y
