—¡Ella… ella! —sollozaba la rubia y vaya que era una maldita actriz, casi sentía pena—. ¡Vine a conocer a tu esposa y comenzó a tratarme mal junto a su amiga, y yo que quería llevarme bien con ellas! No podía dar crédito a esta mujercita, ¡era la reina del drama y el engaño! Nick nos miró furioso a Jane y a mí, pero no iba a dejar que nos calumniara de esa manera, así que di un paso al frente. —¡Deja de mentir! ¡Fuiste tú la que vino aquí a tratarnos de manera despectiva a Jane y a mí! —la señalé con el dedo y ella negó, pareciendo afligida. —Es cierto, eres una mentirosa y además falsa —atacó Jane, mirándola con rencor—. ¡Qué clase de amiga de Nick eres, si atacas a su esposa de esa manera! ¡Envidiosa! —No… no es verdad… —¡Sí lo es! —se defendió Jane. —¡Ya basta, maldita sea! —gr