Capítulo 3

1216 Words
Me senté en la cafetería de la empresa, disfrutando de mi almuerzo y pensando en mi próximo proyecto. Mi amiga Alicia se sentó frente a mí con una sonrisa radiante. Alicia la habia conocido por casualidad en una clase en la universidad, ella estudiaba su primer año de gestión administrativa y yo estaba en mi segundo año de administración empresarial, nuestra amistad fue algo increíble y en poco tiempo nos volvimos buenas amigas, es la única persona aparte de algunos admiradores y corporativos que saben que estoy casada con Oliver. —Floria, ¿vienes a comer sin invitarme?— me preguntó con un tono juguetón. Me reí y le dije: —Comí rápido para volver a trabajar en los documentos que deje en la oficina, necesito estar preparada para conseguir el contrato con Di Bernardi— Alicia se inclinó hacia adelante y me dijo en un tono conspiratorio: —Esta mañana escuché en el departamento de personal de gestión que ya se ha decidido para que departamento será la nueva secretaria— Mi ojos la miraron en automático cuando ella dijo eso. Había estado solicitando contratar a una secretaria para ayudarme en mi departamento desde que la subdirectora renunció. La carga de trabajo había sido demasiado para mí sola, y necesitaba a alguien que me ayudara a organizar todo. —¿Quién es?— le pregunté an Alicia, intentando mantener la calma. Alicia sonrió y me dijo —Apuesto a que tú la elegiste. Solo vine a felicitarte por tu nueva adquisición de antemano. Que la riqueza nos favorezca en vista, espero sea un joven guapo— Me reí por su ocurrencia. —Hasta que no llegue la carta de asignación, ¿quién puede estar seguro? Baja la voz— Pero Alicia no se calmó. Continuó hablando y elogiándome sin parar. —Los logros que has conseguido desde que te dieron el puesto de directora son evidentes para todos, manejando tanto de marca como los pedidos personalizados y sin olvidar el contrato con el tipo guapo italiano. ¿Cuántas empresas te han querido robar en secreto? ¿Por qué Milles Global Enterprises no te daría una simple secretaría?— Justo cuando Alicia terminó de hablar, nuestros teléfonos sonaron al mismo tiempo. Miré la pantalla y vi que era la carta de asignación de empleados. Mi corazón se detuvo al leer el nombre de la persona que había sido asignada para la posición de secretaria del director de recursos humanos. Amy. Me sentí como si hubiera sido golpeada en el estómago. ¿Por qué Amy había sido asignada para ese puesto? ¿Y por qué no había sido la persona que yo había elegido? Me sentí indignada y enojada. Había trabajado duro para encontrar a la persona perfecta para ese puesto, y ahora parecía que todo había sido en vano y lo más increíble es que ella sería secretaria de su esposo. —¿Qué pasó?—le pregunté an Alicia, intentando mantener la calma. —Yo había solicitado contratar a una secretaria para ayudarme en mi departamento, no para que fuera la secretaria de Oliver— Alicia frunció el ceño y —Amy, ¿quién es? ¿Y por qué la eligieron en lugar de la persona que tú habías elegido?— Me sentí furiosa. ¿Quién había tomado la decisión de asignar a Amy para ese puesto? ¿Y por qué no me habían consultado? Me levanté de la silla y me dirigí hacia la oficina de Oliver, decidida a obtener respuestas. Pero cuando llegué, me encontré con una sorpresa que me dejaría sin aliento. Amy estaba sentada en la oficina, sonriendo y hablando con Oliver. —Oliver, ¿qué está pasando aquí?—le pregunté, intentando mantener la calma. Oliver se levantó de su silla y me sonrió. —Floria, cariño, no te preocupes. Amy es la persona perfecta para este puesto, y tiene experiencia en recursos humanos— Ella solo salió de la oficina como si no hubiera pasado nada. —Oliver, esto no es justo y tampoco profesional —le dije, intentando mantener la calma. —Yo había solicitado contratar a una secretaria para ayudarme en mi departamento, no para que fuera la secretaria de recursos humanos— Oliver se acercó a mí y me tomó de la mano. —Floria , cariño, no te preocupes. Amy es la persona perfecta para este puesto. Y además, es alguien que conozco y en quien confío— Esto era mi culpa, era obvia la guerra que me estaba haciendo mi esposo, si hago una solicitud como directora para que despidan a Amy sería raro y también se tendría que informar a todo el departamento, mostrando que estamos casados y viéndose como una escena de celos. Me di la vuelta y me fui de la oficina, decidida a obtener una solución. Pero cuando salí de la oficina, me encontré con Alicia, que me estaba esperando en el pasillo. —Floria, ¿qué pasó?—me preguntó, preocupada. Realmente no sabía que hacer y el hecho de que mi amiga había visto el descaro de mi esposo era vergonzoso. Alicia se sentó a mi lado y me tomó de la mano. —Floria, esto no es bueno. Algo está pasando y no es nada bueno— Me levanté de la silla y me dirigí hacia la salida de la empresa, decidida a obtener respuestas. Pero cuando salí de la empresa, me encontré con una sorpresa que me dejaría sin aliento. Amy estaba parada en la puerta, sonriendo y mirándome con una mirada desafiante. —Floria, ¿qué pasa?—me preguntó, con una voz dulce. —Amy, ¿qué estás haciendo aquí?—le pregunté, intentando mantener la calma. Amy se rió y me sonrió. —Estoy aquí para trabajar, Floria. Y para hacer que Oliver sea feliz— Se notaba que ella sabía muy bien lo que hacía. —No tengo tiempo para berrinches Amy. Tengo que volver al trabajo— la dejé en el pasillo y volví a mi oficina, hoy no saldría hasta terminar de revisar los documentos que tenía pendientes. Llegué a casa exhausta después de un largo día de trabajo. Estaba ansiosa por ver la reacción de Oliver cuando viera el collar que Amy había traído. Lo había dejado justo en la mesa del salón, a la vista de todos. Al entrar en la casa, vi a Isaac en el salón, escondiendo algo detrás de su espalda. Me acerqué a él y vi que era el collar. —¿Qué estás haciendo?— le pregunté, intentando mantener la calma. Oliver se dio la vuelta y me sonrió. —Oh, solo estaba... uh... admirando el collar— Me sentí indignada. —¿El collar que le regalaste a tu hermana? ¿Por qué me mentiste sobre el collar? ¿Y por qué Amy lo encontró en tu habitación?— Oliver se encogió de hombros. —Bueno, se lo había dado a Amy como regalo. Es una chica muy especial— Me sentí confundida. —¿Una chica muy especial? Por eso le regalaste algo tan caro a tu chica especial ¿Y qué pasó con su compromiso?— Oliver se rió. —Oh, no se va a casar. Eso ya no es un problema— —¿Qué acabas de decir?—
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