—Lo siento, estoy bien. Gracias—
El hombre me soltó y se apartó, sonriendo. Era alto y apuesto, con ojos claros y fríos y una sonrisa encantadora.
—No hay problema, señorita... —dijo esperando a que le dijera mi nombre.
Me sentí incómoda y me apresuré a disculparme de nuevo.
—Lo siento, tengo que ir a una reunión. Disculpa—
Me dirigí a la sala de reuniones, intentando calmarme. Cuando entré, vi a los representantes de la empresa extranjera sentados alrededor de la mesa. Y entonces, vi al hombre con el que había chocado, entrando y sentándose en la cabecera de la mesa.
—Señor, esta es la señorita Floria, directora de asustos internacionales de nuestra empresa—dijo uno de los ejecutivos.
El hombre se levantó y me sonrió.
—Encantado de conocerla, señorita Floria. Soy Alessandro Di Bernardi, CEO de Di Bernardi Industries—
Me sentí sorprendida y nerviosa. ¿Con quién había chocado? ¿El CEO de la empresa italiana?
Me disculpé de nuevo y me senté, intentando mantener la compostura. La reunión comenzó y yo traté de concentrarme, pero no podía evitar mirar a Alessandro Di Bernardi, que me sonreía de vez en cuando.
Me sentí incómoda y nerviosa, pero intenté mantener la profesionalidad. Alessandro Di Bernardi se reclinó en su silla, sus ojos fijos en mí mientras me hacía la pregunta crucial.
—Señorita Floria, antes de proceder con cualquier negociación, me gustaría saber cuáles son los beneficios específicos que su empresa puede ofrecer a Di Bernardi Industries. ¿Por qué debería firmar este contrato con ustedes y no con una de las muchas otras empresas que están interesadas en colaborar con nosotros?—
Sentí el peso de su mirada, y aunque aún me sentía afectada por lo que había sucedido antes, sabía que este momento era crucial para la compañía. Tenía que demostrar que, a pesar de todo, estaba en control y preparada para llevar adelante la negociación.
Respiré hondo y respondí con confianza:
—Señor Di Bernardi, entiendo perfectamente su preocupación. Di Bernardi Industries es una de las empresas más prestigiosas en su sector, y es lógico que evalúen todas sus opciones cuidadosamente. Lo que hace única a nuestra empresa, y la razón por la cual creo que deberíamos trabajar juntos, es nuestra capacidad para ofrecer soluciones personalizadas y altamente innovadoras. No solo contamos con una vasta experiencia en el mercado internacional, sino que también estamos comprometidos con la sostenibilidad y el uso de tecnologías de vanguardia para mejorar la eficiencia y reducir el impacto ambiental— Alessandro asintió, mostrando interés, pero no dio indicios de estar convencido del todo.
—Entiendo que muchos hablan de innovación y sostenibilidad hoy en día, Floria. ¿Qué es lo que realmente diferencia a su empresa de las demás?—preguntó, su tono todavía amigable, pero más desafiante.
Sabía que esta era la oportunidad de demostrarle a Alessandro que no solo hablábamos de promesas, sino de hechos. Continué:
—Lo que realmente nos diferencia es nuestro enfoque en la colaboración profunda con nuestros socios. No solo buscamos implementar soluciones existentes, sino que trabajamos mano a mano con nuestros clientes para desarrollar tecnologías nuevas, adaptadas a sus necesidades específicas— Alessandro pareció reflexionar sobre mis palabras. Sus ojos brillaron con una curiosidad renovada, pero todavía no había dejado escapar una sonrisa que indicara que lo había convencido.
—Eso suena prometedor, señorita Floria. Sin embargo, como mencioné antes, hay muchas empresas que podrían ofrecer algo similar. Lo que me intriga es la red de contactos en América Latina. ¿Podría hablarme más sobre cómo planean utilizar esa red para expandir nuestro alcance en esa región?—
Sonreí ligeramente, sintiendo que esta era mi área de mayor fortaleza.
—Con mucho gusto, señor Di Bernardi. Nuestra empresa tiene más de una década de experiencia en América Latina, y hemos establecido relaciones sólidas con actores clave en varios países de la región. Sabemos que la expansión en este mercado requiere una comprensión profunda no solo de las necesidades industriales…— sentía que hablaba sin parar y que el nisiquiera me estaba prestando atención, solo veía como me miraba de arriba a bajo y luego se enfocaba en mirarme a los ojos. Alessandro se inclinó ligeramente hacia adelante, mostrando un interés genuino al fin.
Finalmente sonrió, como si hubiese encontrado algo que lo convencía.
—Eso es exactamente lo que quería escuchar. Su propuesta parece tener un gran potencial. Quisiera explorar más a fondo—
Sentí un alivio al verlo mostrar finalmente interés. La negociación no había terminado, pero había superado la primera barrera. Sin embargo, todavía tenía que lidiar con el dolor que sentía por la situación con Oliver, algo que en ese momento debía dejar de lado para concentrarme en asegurar el contrato. Pero sabía que más adelante tendría que enfrentar esa realidad.
—Señorita Floria, todo lo que nos ha dicho hasta ahora es bastante convincente desde una perspectiva técnica y comercial. Sin embargo, hay algo que no puedo ignorar, y es la imagen pública de su empresa. En Di Bernardi Industries, valoramos no solo la innovación y el rendimiento, sino también la integridad y la ética. Y, francamente, en este aspecto, veo una discrepancia significativa— El publicista de Alessandro me ataco con algo tan bajo como la imagen corporal porque estaba claro que los millers son amantes de los espectáculos y las cámaras.
Sentí un nudo formarse en mi estómago, pero me obligué a mantener la calma mientras el chico extranjero, presentado como publicista continuaba.
—Recientemente, su empresa ha estado en el ojo del huracán mediático. En solo una semana, su director de Recursos Humanos fue noticia por gastar millones en un collar cuando francamente sabemos no es un monto equivale a tener un director, lo que, francamente, no proyecta la imagen de una empresa responsable y confiable. Para empeorar las cosas, también surgieron rumores bastante desagradables sobre la separación de su cuñada de un empresario de alto nivel por motivos no confirmados. Ambos incidentes sugieren que la cultura corporativa de su empresa podría no estar alineada con los valores que nosotros priorizamos— Sus palabras golpearon con fuerza, pero me esforcé por no mostrar la turbación que sentía. Ellos estaban poniendo en duda no solo nuestra capacidad profesional, sino también la reputación y la ética de la empresa. Sabía que si no manejaba esta situación con precisión, todo podría desmoronarse.
—Señores—respondí con voz firme.
— Entiendo sus preocupaciones, y es cierto que estos incidentes han generado una atención no deseada. Pero quiero asegurarle que nuestra empresa toma muy en serio su reputación y sus valores. Lo que ha ocurrido recientemente es desafortunado, pero no refleja quiénes somos ni cómo operamos en el día a día—
—Pero, señor Di Bernardi, tambien quiero enfatizar que estos eventos no son indicativos de un problema sistémico en nuestra organización. Reconocemos la importancia de la percepción pública, y hemos aprendido de estos incidentes. En cuanto a la polémica relacionada con la separación de mi cuñada, le aseguro que es un asunto estrictamente personal y no afecta en absoluto nuestra integridad profesional. Entendemos la importancia de mantener la vida personal y profesional separadas, y estamos trabajando para asegurarnos de que estos asuntos no influyan en nuestra reputación corporativa— Finalmente, Alessandro asintió lentamente, aunque su expresión seguía siendo seria. Se levantó de su silla, indicando que la reunión estaba llegando a su fin.
—Eso es todo lo que necesito escuchar por ahora-dijo con una leve sonrisa.
—Consideraremos su propuesta y seguiremos en contacto— Nos estrechamos la mano, y mientras me despedía, sentí una mezcla de alivio y determinación. La reunión había sido difícil, pero había mantenido mi compostura y defendido nuestra posición. Sin embargo, sabía que esto era solo el comienzo. Necesitaba enfrentar los problemas en mi vida personal y laboral con la misma resolución para asegurar que mi empresa, y mi vida, no se desmoronaran por completo.