El día inició como cualquier otro para Lorena, salvo por el detalle que los nervios la estaban matando. Lily, la asistente personal de Joonam, le había dicho que él llegaría a las 9am, eran las 8am y Lorena caminaba de un lugar a otro en su apartamento sin saber cómo controlarse. Por lo general, se emocionaba de saber que él vendría. Le gustaba verlo, pero esta vez algo le decía que no sería grata la visita. Su teléfono comenzó a sonar interrumpiendo el silencio en la habitación. Se apresuró a contestar. Era el jefe del personal de seguridad, le daba aviso que Joonam había llegado y que se dirigía a la oficina principal donde debía presentarse de inmediato. – ¿Cómo que ya llegó? ¡Es temprano aún! –gritó la joven asustada. Colgó de inmediato y se apresuró a tomar sus cosas para sal