Jaime después de haber escuchado el relato de Helio brindo un abrazo en medio de lágrimas que se le dificultaba contener. —Hijo, debiste buscarme cuando todo eso sucedió, sin embargo, me contenta que hayas vuelto. Como te lo mencione no tengo porque juzgarte sino apoyarte, lo cual haré a través de este trabajo que tendrás. Otra cosa que deberás saber es que la señorita es hija única y no tiene amigos, espero que a pesar de que la primera impresión no fue la mejor puedan llevarse bien, ella es alguien dulce que oculta esa particularidad con su soledad. Me tome la libertad de hacer un breve cronograma de sus actividades diarias para de esa forma puedas estar atento a su rutina. —Entiendo y descuida, se lo que es estar solo—respondía a su vez que revisaba lo que Jaime le había