—Por favor piense en lo que le digo, no quiero que nadie la lastime —Suéltame, ya te dije que sé cuidarme, además es hora de irnos, tengo una plática pendiente con mi madre —Como diga señorita—respondió al mismo tiempo que alejaba su mano de la joven —Helio, ¿podrías acompañarme en el asiento trasero? —¿Y lo que dijo sobre eso? —Lo sé, se lo que dije, pero por favor hazlo —De acuerdo. Esa tarde había quedado con mi madre, quería que terminara de relatarme la historia que había iniciado en la marisquería. Pensé que quizás lo que sucedió en el pasado me podría servir para saber qué hacer con mi situación actual. Aún permanecía sin amigos, diría que el único que podría llamarse de esa manera era Steven, el cual así como sus amigos eran los únicos que me dirigían el trato. Desd