Me pareció extraño por la hora que me tocaran a la puerta, por ello me puse una toalla y antes de abrir pregunte de quien se trataba, del otro lado solo escuche que mencionaban que era Marcela, sabiendo esto abrí la puerta, quería saber cuál era el propósito al venir a estas horas. —Marcela, ¿qué haces aquí? es bastante tarde—ante lo que le decía me admiraba con una sonrisa en los labios —¿Puedo pasar? —No, y no me has dicho a qué has venido —Solo quería conversar y decirte que cualquier cosa estoy a la orden —Porque no eres clara Marcela, sé cómo son las chicas como tú y realmente no quiero problemas. —No tendrás problemas, solo entraré a tu habitación, haremos cositas cuando tú quieras y listo, eso es todo, no necesariamente tenemos que ser algo para entendernos, ¿te gusta la