Todas las mañanas eran iguales, pero desde que Helio llego movió mi mundo, mi espíritu, mis sentimientos, sin embargo, no puedo ser suave con él, debo seguir siendo fría, no quiero que piense que soy una chica que se da con todos, por ello debo mantener esa personalidad. En vista de que Jaime viene a mi habitación todas las mañanas a despertarme como de costumbre, quise hacerle una pregunta que me tenía inquieta. —Jaime, buenos días, quería hacerte una pregunta—manifesté, sentándome en la cama —Buenos días señorita, usted dirá, ¿qué quiere saber? —¿La edad de Helio es la correcta? ¿Realmente tiene diecinueve años?—ante lo que preguntaba el me miraba con extrañeza —¿Porque la pregunta señorita? —Solo es curiosidad Jaime, nada más, además me parece muy alto para tener la edad q