Olivia se levanta y camina hasta cerca del barandal de metal donde permanece admirando las olas del mar. Isabella, la mira de reojo y hace una señal a Giulia quien se encuentra oculta en la cabina. Su madre le indica con la mano que salga.
La castaña ancla el yate, se quita su vestido de playa y se queda solo con el biquini puesto para, aparentemente, tomar el sol, como dijo que quería hacer.
Isabella sale en la proa y deja sus cosas en el camastro, al lado de Aurora. Se asegura que la mujer se encuentre dormida tocando su rostro. Efectivamente, ella está profundamente dormida.
Olivia continua de espaldas, ajena a lo que pasa a su alrededor, concentrada en la belleza del sitio, con mil cosas rondando en su cabeza.
De pronto, una respiración pesada en su nuca la hace voltear, sobresalta
