—¿Quieres que te acompañe esta noche, baby? —Pregunta Isabella a la espalda de Enzo mientras pasa sus uñas perfectamente pintadas por su camisa. Es la primera vez que vienen a esta casa juntos, luego de lo que pasó con Olivia hace cuatro días. Enzo ni siquiera sabe por qué Isabella pidió acompañarlo este día, habiendo aún tantos periodistas enfocando hacia la casa. —Estás muy tenso. Creo que necesitas un masaje, rico y relajante, uno que consiga distenderte. «Lo que necesito es tener una mujer desnuda y amarrada del techo para castigarla hasta que sus nalgas se pongan moradas y luego follarla hasta le duela» Piensa para sí mismo mientras se quita su corbata frente al espejo. —Mi madre está abajo, Isabella, por favor, compórtate —Enzo la mira, severo. —Se supone que todavía estamos en due