-6 meses después- Abroché mi brasier mientras Karim me lanzaba un beso luego de maquillar sus labios de un intenso rojo. ¿Qué puedo decir? Supongo que con la partida de Kory, una parte de la Kía de siempre también se marchó, para no volver seguramente. Quizás quedó en aquellas sillas metalizadas en las que Winnie me consiguió llorando horas más tarde. Era ella quien veía partir a su hijo y ahí estaba, consolandome a mi. -¿Vas a volver al trabajo?- me preguntó mirándose en el espejo del baño del centro comercial en donde ambas trabajabamos. Me encogí de hombros viendo sus tetas doble D. Tenía unos cinco años más que yo, en realidad no teníamos una relación sino una especie de… Amistad. Un psicólogo podría decir que busqué reemplazar la extraña relación con Kory. Lo sé. -Bien, te veo al c