Me dio un golpe en el hombro y se lo devolví haciéndolo reír con mi débil intento de hacerle daño. -Un día, la realidad te caerá encima, Kikí- aseguró profético y bufé- Es en serio, hazme caso. Y cuando eso pase, ¿Qué crees? -¿Estarás tú para socorrerme?- pregunté esperanzada y asintió sonriente, lo abracé con fuerza sentándome en sus piernas-Eres un imbécil, Kory- dije abrazándolo con fuerza mientras sentía las lágrimas amenazando con derramarse-Y te voy a extrañar, como tú no te imaginas- admití apretandolo con fuerza mientras él hacía la misma presión en mi espalda. El clima era una mierda y las nubes llegaron con el ocultamiento del sol, causando que las calles quedaran cada vez más solas. La mano de Kory viajó hacia mis caderas y suspiré contra su cuello pensando lo mismo que él, b