El lunes llego, muy rápido, casi paso inadvertido el domingo para mí, de no ser por la fastidiosa presencia de Aimé y mi madre había olvidado por completo que estaba de vuelta en esa fría casa Quiero que lleves a Aimé a una cena, tu padre y yo vamos a salir Cuando te lo creas tú mismo tratare de hacerlo, que tengan buen día. Pasé un día espléndido con mis hijas, no supe cuánto perdí hasta que pude palpar su ausencia fui el peor de los padres, presente, pero ausenté ni siquiera sabía que gustos tenían, no pude comprar sus helados sin preguntar sus sabores. En ese momento reflexione, no merecía nada de lo que la vida me dio, no supe aprovecharlo y agradecer por tenerlo, me dedique a perderlo sin remordimientos, sentado en mi escritorio fumando un cigarrillo pude darme cuenta de cuan afor