Desperté y tomé mi celular con toda tranquilidad, eran las 10:37. Vi que tenía notificaciones de w******p y empecé a revisar, en eso se me iluminó la memoria…
Me levanté corriendo al baño.
Abrí la regadera y mientras salía caliente el agua me senté a orinar y mientras ponía pasta en mi cepillo y comenzaba a lavar mis dientes, y ni me digan que es asqueroso porque sé que la mayoría lo ha hecho.
Entre a la regadera y me bañé en tiempo record, cuando salí a la recamara eran las 10:44.
Rápidamente me puse corrector en los ojos, delineado solo por arriba, bb cream para emparejar y polvo en la cara, super sencillo y ni parecería (según yo) que era por la tardanza. Mientras me ponía el maquillaje pensaba que ponerme.
Mire el celular y eran 10:48 cuando abrí el clóset para sacar el vestido que había pensado. Era un vestido color coral, el fondo era de esa tela super delgada tipo licra y encima una especie de segundo vestido de puro tejido de hilo, me puse un cinturón de piel trenzada color café y unas zapatillas del mismo tono.
Sonó el timbre y corrí a la puerta.
-Casi lo logras
-¿Como? - le pregunté desconcertada al Amo, claro que lo había logrado.
-Olvidaste peinarte - cierto, dejen ustedes peinado, ni siquiera había cepillado mi cabello.
-Mmmm
-No digas nada, vámonos.
-Solo tomo mi bolsa
-Corre
Salí corriendo a mi habitación, tomé una bolsa a juego y eché el celular, cartera, espejo y labial. No tenía tiempo para nada más. Cuando volví a la estancia estaba esperándome y sonrió al verme.
-Vamos, No quiero que se haga tarde para la reservación
-Si, si. Vamos.
Bajamos las escaleras y salimos del edificio, caminamos a su auto y él me abrió la puerta del copiloto, entre y la cerró; dió la vuelta para el asiento del conductor, entró y encendió el auto.
-¿A dónde vamos?
-Que curiosa eres
-Solo quiero saber a dónde iremos
-¿Quieres saber donde almorzaremos o si te llevaré a coger?
-Ammm, solo saber donde almorzaremos
-Hay un lugar, comida italiana, ¿qué te parece?
-Esta perfecto - sonreí
Empezó a conducir.
-Si lo deseas, puedes poner música
-¿Cómo?
-Música, pon lo que te guste oír
-No sé - Me puso nerviosa, no sabía que escuchaba él, y siempre he considerado que mis gustos musicales son simples
-Anda
-Es que… no se que poner
-Lo que suelas escuchar, quiero conocer tus gustos
-Escucho cualquier cosa
-No me parece que seas alguien que escuche cualquier cosa
-No se si te guste
-Yo tampoco, así que ponlo
-No traigo mi iPod
-Entonces toma el mío y ve si algo de ahí te gusta
-Esta bien
Revisé la lista de música que tenía, casi toda era en inglés y yo solía escuchar música en español; seguí recorriendo y encontré a María Daniela y su Sonido Laser, así que reproduje eso.
Sonaba:
Miedo, miedo de besarte; cuando estoy contigo
Se prenden las luces que marcan mi destino
Debo confesarte que cuando tú me besas
Siento mariposas, da vueltas mi cabeza
-¿Te da miedo besarme?
-¿Qué?
-¿Te da miedo besarme?
-No lo sé. Creo que no.
-Debería darte miedo
-¿Por qué? - Me dió más miedo escuchar eso que pensar en besarlo de nuevo.
-Que tal que te tomo más fuerte que la última vez y muerdo tu boquita como castigo por no estar lista a tiempo.
-¿Por qué me castigarías?
-Por no obedecer
-No tengo que obedecerte
-Tienes razón, aún no tienes que obedecerme, pero me gusta que ya lo hagas
-No te obedezco
-Esta bien, guapa, no lo haces
-Si lo dices porque me apresure a estar lista es porque no me gusta ser informal con los compromisos.
-Vale, entiendo.
Deje de responder y él siguió conduciendo en silencio, después de un rato no pude evitar tararear las canciones que se reproducen.
-Y, aparte de cantar, ¿qué otras cosas haces?
-Yo no canto.
-Si lo haces, te he visto varias veces
-¿Cuándo?
-En reuniones y eventos, siempre cantas en voz baja, no se porque, pero lo haces
-Me da pena.
-Que lástima, tienes una voz agradable
-No lo creo.
-¿Pero qué más haces?
-Mmm, no lo sé
-Dime, se que estás pensando en varias cosas.
-Pues, me gusta dibujar y a veces escribo cosas.
-Un día, espero que escriba sobre como te hice desnudarte frente a mí y luego te cogi
-Tal vez… - Esta roja de vergüenza
-Deberías, para que todos sepan como levante su trasero para nalguearte y luego penetrarte haciéndote gritar mi nombre
-No grite tu nombre
-Pero lo harás
-¿No hablas de otra cosa que no sea sexo?
-Puedo, muy bien, ¿qué te gusta dibujar?
-Animales
-Perros, gatos, tiburones…
-Tiburones no, me dan miedo.
-Ya veo. ¿Y si te pido un dibujo mío?
-Nunca he intentado dibujar personas
-Me encantaría ser tu primer intento
Sonreí, realmente nadie nunca ha mostrado mucho interés en que yo haga dibujos. A quienes les he regalado algún retrato de sus mascotas, me agradecen y parecen contentos, pero nunca nadie me ha pedido que haga algo.
-Lo voy a considerar
-Estaré halagado. Y también me complacería mucho que bailaras para mi
-¿Qué?
-¿Bailas no?
-No bailo, hago danza.
-Bueno, me complacería que danzaras para mi
-¿Y cómo por qué lo haría?
-Porque, te lo estoy pidiendo, pero, si te niegas, puedes ordenartelo - cuando dijo eso me sonrió de una forma que sent´pi sumamente seductora y perversa
-Pero, mmm, ni siquiera sabes que hago
-Claro que lo sé, danza árabe
-¿Cómo lo sabes?
-Soy curioso
-Pero como sabes específicamente eso
-A veces hablas de eso, y no soy el único que te imagina moviendo la cadera seductoramente
-¿Qué?, ¿dices que otros me imaginan bailándoles?
-Si, pensando en como tu linda cadera podría darles placer y, personalmente, yo no quiero solo imaginarlo.
-Definitivamente todos están enfermos, ¿Qué uno no puede aprender algo sin que lo sexualicen?
-Es difícil no pensarlo cuando tienes el contexto de un cuerpo delicioso y la danza del vientre juntos
-Supongo que eso pasa por las mentes pervertidas
-¿Lo has considerado?
-No, la verdad no lo había hecho
-¿Y ahora?
-¿Ahora qué?
-¿Lo piensas? - Mi mente de inmediato generó imágenes ardientes en mi cabeza, yo sobre él mientras mi mierco hacía el movimiento de camello
-Tal vez, pero no se si se puede.
-Lo averiguaremos
-¿Puedes dejar de asumir que me seguiré acostando contigo?
-No, guapa. Estoy muy seguro de que lo harás, así que no te hagas difícil cuando sabes que quieres
-Nunca dije que quiero
-Estás aquí.
El resto del trayecto ya no respondí nada, llegamos a un restaurante y el vallet se acercó. El Amo bajo y le dió las llaves y dio la vuelta para ayudarme a bajar, cuando abrió la puerta me tendió la mano y yo la tome para salir, y tal cual lo había hecho la noche anterior me tomó de la cintura para llevarme dentro del restaurante.
Efectivamente, comida italiana, cuando llegamos con la chica de recepción dio su nombre y ella nos condujo hasta una mesa que estaba “privada”, no era una habitación aislada, pero si estaba apartada de las mesas y además era una especie de pequeño cubículo, aunque no estaba cerrado.
Nos sentamos y dijeron que servirían.
-¿Cómo van a servir sin traer la carta?
-Ya ordene
-¿Por qué?, yo quiero pedir lo que se me antoje
-Guapa, no seas rezongona.
-Pero no puedes pedir por mi
-Te va a gustar
-No está bien, eres un controlador
-No soy controlador, me gusta pensar que soy amable.
Iba a replicar cuando llegó un mesero, para mi sorpresa puso frente a mi una jarra de clericot, pan de ajo con aceite especiado, una lasagna en salsa bechamel y un pastel de chocolate; definitivamente es lo que hubiera pedido.
-¿Alguna queja?
-No
-Ves, te dije que no había porque rezongar. Comamos.
Por si tienen duda, él tenía una pizza de aceitunas y anchoas (asco), una ensalada y vino tinto. El almuerzo siguió con preguntas casuales de su parte, que hago cuando no estoy trabajando, cuánto tiempo le dedico a dibujar, incluso le enseñé algunos de ellos que le parecieron “lindos”, que admito fue super extraño oírlo usar esa palabra.
Cuando el mesero recogió los platos, el Amo hizo su silla un poco hacia atrás, recargo los brazos en la mesa y entrelazo sus dedos.
-Muy bien, vamos a hablar.
Trague fuerte…