Tenemos estas intervenciones cuando vemos que alguna está cruzando la raya en cualquier cosa, desde una crisis amorosa hasta comer chetos en exceso. Cuando se niega a hablar, la sentamos en la silla de los acusados, que realmente consiste en ponerla al centro de todos, en este caso solo somos nosotras tres, y comenzamos a hacerle cosquillas hasta que hable. Así de ridículas somos.
Total… Ahora es momento de declararme culpable de mis pecados.
-Bueno, sí, estoy embarazada. - Yo
-¿Desde cuándo sabes? - Martha
-¿Cuánto tienes? - Ana
-Cállense, ¿si me interrumpen como les cuento? Ahorita debería tener 6 semanas, lo supe apenas hace diez días, fui a una consulta y la doctora lo descubrió. No le he dicho a nadie, por favor no vayan a contarlo. Javier no sabe, se lo pensaba decir en estos d
