Él lo tomó y miro por encima del sobre no conocía a las personas inscritas Manuel Zamudio y Aby García. -Rosaura por favor encárgate de esto- le entrego el sobre- revisa si cumple con los requisitos requerido. Si cumple ya sabes que hacer. La mujer lo volvió a tomar y lo abrió y comenzó su labor. Ella frunció el ceño y luego sonrió con tristeza y lo dejo en un montón donde decía rechazado. -¡Lástima!- exclamó. Eliam salió de la oficina de su secretaria personal y se dirigió a la propia. La oficina de Eliam era hermosísima. Tenía dos paredes que solo eran de vidrios e iluminaba la habitación dándole mucha frescura. El escritorio de madera negra relucía, varios cuadros de arquitectos famosos de todo el mundo llenaban la pared de concreto. Cerró la puerta tras él. Saco tu teléfon