Austin estacionó su auto al frente de mi casa, después de haber manejado tan lento como una tortuga, sabía que lo hacía a propósito pero no discutí por ello, aunque ya comenzaba a ponerme nerviosa y por un momento me cuestioné si fue buena idea aceptar que me trajera. -Bueno, gracias por traerme, muy amable de tu parte. -dije tomando mis cosas para salir de su vehículo. -No fue nada. -abrí la puerta de su auto para salir de una vez por todas, pero me detuvo tomando mi brazo y cerró la puerta con una agilidad increíble. -Julieth... sólo... maldición, qué complicado... ¿quieres, no sé, salir conmigo? -dijo tan nervioso que estaba a punto de reírme en su cara. ¿Austin nervioso? Eso si era algo que jamás imaginé ver. -Ehm, no lo creo Austin, tengo novio y no creo que sea lo justo, siento