Austin se levantó de mi cama con una leve sonrisa de medio lado y caminó hasta mí, haciendo que mi cuerpo se tensara de inmediato, no me podía mover, estaba tan nerviosa en este momento que mis piernas no reaccionaban, ni siquiera mi cerebro funcionaba como debería. -Si te extrañé y no sabes cómo me puse cuando te ví con ese imbécil. No sabes las ganas que tenía de partirle su estúpida cara. -se acercó más a mí, mientras yo fruncía el ceño confundida por sus palabras, es decir, él no tenía ningún derecho de reclamarme nada como si to fuese propiedad suya. Un escalofrío recorrió mi espalda cuando sentí sus manos tocando levemente mis caderas, su intensa mirada azul se posó en mis ojos y luego bajó su vista a mis labios, pasando su pulgar por mi labio inferior, su tacto me estremeció a ta