CAPÍTULO 5

2237 Words
Charles Ricci Estoy en mi ring de entrenamiento, intentando despejar un poco mi mente. Esta mañana, John me informó que el señor Smith salió del hospital ayer, según la conversación que escuchó de su padre por teléfono. Y el viejo planea volver al hotel en las próximas semanas. ¡Fantástico! Así que podremos resolver de una vez por todas esta situación, ya que la compra del hotel se ha prolongado demasiado mientras él estaba en el hospital. Y odio dejar cosas sin terminar. Pueden llamarme sin corazón, pero cuando se trata de negocios, así soy, y no siento ningún remordimiento por eso. Salgo de mis pensamientos cuando escucho a mi ama de llaves hablarme. —Señor Ricci, su hermano Thomas lo espera en la sala. Suspiro profundamente, porque Thomas sabe que los fines de semana me gusta quedarme en casa solo, sin que ningún entrometido venga a visitarme, pero él nunca respeta eso. ¡Maldita sea! —Dile que tardaré —respondo, volviendo a golpear el saco de boxeo. —Qué feo, Charles, ignorar a tu hermano por una simple pelea de boxeo. —Thomas aparece con su molesta sonrisa en mi campo de visión, junto a mi perro. Mi ama de llaves sonríe incómodamente, como si no supiera qué decir. —No autoricé su entrada —hablo entre dientes y vuelvo a golpear el saco de boxeo. —Puedes irte, señora Lee, mi hermano ama mi presencia —él le dice a la ama de llaves. Juraría que escuché una sonrisa de ella, pero decidí fingir no responder, porque necesito seguir entrenando. Y lo más importante es que Thomas desaparezca de aquí. —Parece que tu dueño está muy concentrado. —Guau, guau. Al escucharlo hablar con Ônix y que él le responda, me desconcentro por completo, no podré seguir entrenando mientras Thomas siga en la mansión, él debe irse ahora. —Dime por qué viniste aquí y vete —hablo saliendo del ring y quitándome los guantes, para coger una toalla y limpiar el sudor de mi cuerpo, y una botellita de agua. —Gracias por recibirme tan bien en tu residencia, querido hermanito —habla con ironía. —Pero me gustaría saber cuándo me ibas a decir que estás intentando comprar la empresa Smith —pregunta curioso. —No pensaba decírtelo, porque no es asunto tuyo —respondo encogiéndome de hombros. —Vaya, podrías ser más amable, Charles. Sabes que me gusta estar al tanto de los próximos negocios de la familia. —Entonces aprovecha y ocúpate de tus propios negocios, Thomas, y olvida que los míos existen —hablo subiendo de nuevo al ring y poniéndome el guante. —Cierra la puerta al salir —aviso. —Estás cometiendo un error, Charles, sabes muy bien que el señor Smith nunca vendería aquel hotel. Suspiro impacientemente. —Él ya lo vendió, Thomas, este asunto está en mis manos —respondo mirándolo. —Si no hay un documento firmado, no hay venta —responde obviamente. —Además, te aprovechaste de la oportunidad de ir al hospital para aceptar la compra del hotel, podrías haber esperado a que él saliera —habla revolviendo los ojos. Lo miro fríamente. —Sabes muy bien que las buenas oportunidades no se pueden desperdiciar, independientemente de la situación —respondo seco. —Y fue él quien me llamó, así que si quieres cuestionar a alguien al respecto, te recomiendo que vayas a hablar con él, no conmigo. —No pongas esa cara de hombre frío y arrogante, sabes que eso no es justo, Charles, podrías haber esperado al menos para encontrarte con él, y además aquel hotel es la vida de aquel hombre, todos lo sabemos. —Escucha bien —hablo mirándolo fijamente, ya sin paciencia. —Me llamó cuando aceptó vender la propiedad a mí, y yo solo fui un hombre de negocios, implacable como siempre, así que el asunto está cerrado, ahora si no tienes nada útil que hacer aquí, te recomiendo que te vayas —hablo groseramente. Él alza una ceja sin importarse por lo que dije, veo a mi hermano sentarse en uno de los sillones que tengo en ese espacio, cruza las piernas y me mira tranquilamente, como si fuera el dueño del lugar. «Thomas sabe bien cómo irritarme» pienso deseando poder ponerlo en el ring y usarlo como saco de boxeo. Pongo la mano en mi cintura, solo mirándolo irritado porque no se va de una vez. —Te recomiendo que no compres ese hotel. —¡Y te recomiendo que te ocupes de tus propios asuntos, maldita sea! —hablo estallando de una vez. —¿Sabes que la hija del señor Smith va a hacerse cargo de los negocios de su padre? —pregunta. Arqueo la ceja sorprendido. «Ni sabía que Yala había vuelto a la ciudad», pienso. Yala Smith es una chica irritante que siempre ha disfrutado sacándome de quicio, cuando había alguna fiesta que involucraba a nuestras familias, ella intentaba entablar conversación conmigo, pero yo nunca le prestaba atención, simplemente porque su forma animada de ser no iba con mi carácter cerrado. Hemos tenido nuestras discusiones porque ella se molestaba fácilmente con mis pocas palabras. Incluso cuando ella se fue, pensé en algunos de nuestros debates, pero pronto me apresuré a expulsar los pensamientos, ya que nada de esa chica me hacía bien. Ella solo era una piedra en mi pasado de la cual debía estar agradecido por liberarme. —Por tu expresión, supongo que no sabías —salgo de mis pensamientos con las irónicas palabras de mi hermano. —No me interesa nada de lo que venga de esa chica, además de que no entiende nada de negocios —digo golpeando el saco de boxeo para volver a entrenar. —Ella tiene un título en administración —él replica. —Un simple detalle insignificante —digo encogiéndome de hombros y vuelvo a golpear el saco. —Ella puede utilizar sus conocimientos para levantar la empresa de su padre. Thomas solo puede estar queriendo que lo ponga en el ring y lo use como mi saco de boxeo. «Mira que está a un paso de conseguirlo» digo irritado en mi conciencia. —Ella no va a lograrlo, sería muy ignorante de su parte si lo intentara, los negocios requieren brazos fuertes y no una simple niña jugando a ser CEO —hablo con arrogancia. —No es porque encuentres a la chica irritante, que carezca de inteligencia, Charles. Si recuerdo bien, un curso de administración es el punto fundamental para comenzar a adquirir conocimientos para resurgir una empresa en quiebra. Además, el nombre Smith, aunque manchado, aún tiene influencia en las manos de las personas adecuadas. Ella puede conseguir socios fuera de Nueva York y tratar de revivir el imperio de su padre, incluso si comienza desde abajo. Si es inteligente, ese hotel se recuperará, aunque lleve tiempo, y tú lo sabes muy bien —dice frunciendo el ceño. —No me importa ninguna de esas cosas, el señor Smith ya tiene el trato cerrado conmigo, de hecho, los documentos están casi listos, solo necesita firmar. Así que que se joda cualquier chica que quiera ocupar su lugar —digo enfadado. Thomas tiene el poder de ponerme así, difícilmente puedo articular tres palabras a su lado. —Charles, tu arrogancia y prepotencia pueden meterte en grandes problemas. —No me vengas a dar consejos que nadie pidió, Thomas. Sabes muy bien cómo funcionan los negocios. Todos querrán acabar con ella, y lo lograrán. Y, por cierto, tú eres mucho peor que yo cuando quieres algo. ¿O crees que he olvidado lo que vivimos en el pasado? Sabes que nuestra sangre es mala, hermano, aunque intentes esconderte detrás de esa sonrisa animada, sé de qué estás hecho, y bondad no es precisamente —toco una herida sin importarme, en muchos casos Thomas es mucho peor que yo, incluso es capaz de matar a alguien sonriendo, sin sentir remordimiento o piedad alguna. —Ahora, si quieres dar un consejo, que sea a Liam, estoy seguro de que tendrá más paciencia para escucharte —digo golpeando fuertemente el saco de boxeo, pero en realidad, quería golpearlo a él por estar aquí, sacándome de quicio. Él sigue mostrando su sonrisa y asiente. Eso es lo que más me irrita, que siga sonriendo independientemente de las circunstancias. —De acuerdo, será interesante ver cómo te va a ti y… —pone la mano en la cabeza como si estuviera tratando de recordar algo. —Ah, recuerdo, tu muñequita de porcelana rebelde. Mi sangre hierve de rabia con sus palabras. —Éramos jóvenes cuando la llamé así, y no somos niños Thomas, así que el tema está cerrado. Él se ríe en mi cara, mierda. «Un día mato a mi hermano, en serio», digo en mi pensamiento. —De acuerdo —él levanta las manos en señal de rendición. —Veamos dónde lleva esto —mira a Ônix que nos ha estado mirando todo el tiempo en silencio. —Tu dueño es muy cabezota, menos mal que tú eres diferente —se agacha y besa la cabeza de mi perro. Luego se levanta y me mira. —Ahora me voy hermanito, y gracias por recibirme tan bien en tu cueva, pronto vuelvo. —Vete, ya es hora —vuelvo a golpear el saco de boxeo, pero escucho su risa antes de irse. Thomas solo quería irritarme, el señor Smith no iba a retroceder en su palabra, sabiendo la situación en la que se encuentra, sería demasiada ignorancia. Tiempo después... Estoy camino a la empresa del señor Smith, ya ha pasado más de una semana desde que salió del hospital y no se ha puesto en contacto conmigo. Intenté hablar con él, pero la empleada de la mansión dijo que no tenía autorización para pasarle el teléfono, ya que según ella, su hija Yala Smith no quiere que el padre se estrese por nada. Pero según mis fuentes, me informaron de que hoy él regresó al hotel, por lo que puedo hablar con él en persona y entender qué está sucediendo. Así que atravieso el vestíbulo del hotel, lo veo conversando con uno de sus empleados, cuando nuestras miradas se encuentran, él sonríe amigablemente. —Sabía que en algún momento aparecerías —él extiende la mano y yo le estrecho la mano de vuelta. —Buenos días, Sr. Smith, esperé su llamada —soy directo. —Vamos a mi oficina —dice señalando en la misma dirección en la que fuimos la primera vez. Al pasar por el pasillo, noto que ya no hay valiosos cuadros en la pared, y me extraña, pero no digo nada. Una vez que entramos, nos sentamos y él dice, —Charles, agradezco mucho tu oferta de comprar mi hotel, pero no puedo venderlo. Levantando una ceja. —Sabes que eso no es inteligente. Él suspira. —Mi hija regresó y quiere intentar recuperar el hotel, necesito darle esa oportunidad. Niego con la cabeza. —Probablemente tu hija ni siquiera sabe lo que está haciendo, te sugiero que hables con ella, porque el camino en el que se está metiendo puede meterla en grandes problemas —digo lo obvio. Él sonríe ligeramente sin saber qué responder. —Señor Smith, traje los documentos para que los firmes, sabes muy bien que estás cometiendo un gran error al no firmarlos, tu hija va a intentar librar una batalla perdida, al igual que tú cuando estuve aquí la primera vez. Ahórrale este trabajo a la niña, piensa que ella estará segura y sin preocupaciones por el dinero que obtendrán al vender el hotel —hablo sacando el documento de mi carpeta y colocándolo sobre la mesa con un bolígrafo de oro, lo miro y veo cómo acelera su respiración. —Charles, Yala está decidida a intentarlo, es una buena chica, y estudió para eso, creo que puede lograrlo —intenta contrarrestar. Tengo ganas de soltar una sonrisa irónica al ver la bondad de este hombre, no es de extrañar que haya perdido todo un imperio, al ver competencia y bondad donde seguramente no existen. —Tu hija perderá el tiempo, ahórrale eso, sabes que te estoy dando un gran consejo, los negocios no son para personas ignorantes, sino para personas como nosotros, que sabemos lo que hacemos, y aun así, a veces cometemos errores lamentables, imagina a alguien que ni siquiera tiene experiencia, así que te pido que lo reconsideres —hablo persuadiéndolo, ya que no voy a perder un negocio que está a punto de cerrarse por una chica que quiere jugar a ser CEO de algo que ni siquiera conoce. Él suspira y agarra el bolígrafo en su mano, levanto la cabeza sintiendo el olor de la victoria, pero antes de que pueda firmar, escucho la puerta abrirse. —No se preocupe, Sr. Ricci, agradezco el consejo, pero estoy lista para enfrentar cualquier cosa y reconstruir los negocios de mi padre, incluso si vienen miles de CEOs arrogantes y desalmados en mi dirección, los eliminaré a todos. Ahora sugiero que salga por la misma puerta por la que entró porque este hotel no está en venta —me sorprendo al escuchar una voz detrás de mí, cuando me volteo veo a Yala frente a mis ojos, esa chica irritante se ha convertido en una hermosa mujer, pero su determinación para hablar conmigo es admirable, pero al mismo tiempo, una gran estupidez. Continuar...
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