La duquesa Dulce contaba con su propio vehículo. Aun así, decidió viajar en el mismo coche que Zlatan y Uziel para “recuperar el tiempo perdido”. Sin embargo, se notaba a leguas que se sentía atraída por el príncipe de los lentes, pero éste era tan indiferente a sus insinuaciones que, en el fondo, la desesperaba. Durante el trayecto, la duquesa se pasó conversando más con el príncipe Uziel que con Zlatan. Este le explicó todo lo que vivieron desde que se casaron con la reina, alegando también que extrañaba los paseos por el mercado de la ciudad y hacer sus compras, sin que le limitaran sus movimientos. Zlatan, por su parte, se quedó reflexionando sobre lo vivido en su noche compartida con la reina. Cuando le había tocado el turno, ella lo encontró leyendo un libro. Sorpresivamente, se