Duraron varios minutos besándose suavemente, aun sin meter sus lenguas en la garganta del otro, por más que Vlad así lo quisiera. Era el primer beso de Raquiel, y el ruso quería que fuera especial, sin prisas y haciéndolo sentir querido. Fue así que mientras se besaban, el príncipe celestial acariciaba al soldado con delicadeza, enganchó sus piernas y fue entrando con lentitud en su mente para una fusión, aprovechando que el rubio había bajado completamente sus escudos mentales apenas empezaron la sesión de besos. Raquiel sintió la fusión diferente a las anteriores. Esta era más suave, se sentía menos invasiva y mucho más íntima. Apenas sus mentes se fusionaron Vlad pudo sentir el placer de Raquiel, volviendo a sentir así el fuerte placer que causaba tener una fusión mental y una excita
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