Bueno, ¡finalmente llegó mi cumpleaños! Aunque realmente no tenía ganas de celebrar, estaba emocionado de poder finalmente conocer a mi lobo. Me preguntaba cómo sería ella. Cómo se vería, cómo sería du personalidad, ya que iba a ser como otra persona con la que tenía que compartir mi espacio mental. Esperaba que fuera fuerte, alguien ayudara a protegerme. Pero al mismo tiempo, tenía miedo, me sentía ansiosa y nerviosa. Sabía que cambiar por primera vez iba a doler, más que doler. Imaginé que mis huesos cambiaban de forma para que mi cuerpo adopte una forma completamente diferente. Había visto a tanta gente cambiar a lo largo de los años... mamá, papá, amigos, familia... y a menudo se podían oír los huesos rompiéndose y tronando, ajustándose en su lugar. Había oído cuentos de persona