Un mes después... - ¡Agarra bien el jodido revólver! - gritó Marcus a Layla. - Estoy cansada, no quiero aprender esto. Necesito que Vladimir venga. - pidió Layla dejando el arma en su estuche. Marcus murmuró una serie de insultos en ruso y finalmente suspiró para tenerle paciencia a la joven. Layla sin embargo estaba perdiendo la paciencia, hacía un mes estaba en Rusia y Vladimir solo estuvo el primer día, al segundo éste se fue y no volvió a saber de el. ¡Tenía muchas dudas! Y comenzaba a molestarla la espera y tanto misterio. - Te dije que está ocupado con asuntos y bastantes graves. - respondió Marcus. - ¡Soy su hija! ¡Que se haga cargo de una maldita vez y venga! - exclamó Layla frustrada. Marcus bufó y tomó su móvil, finalmente luego de tres tonos se oyó la voz de su jefe, Vl