Vladimir miró a su hija con disgusto. El no había sido informado de los maltratos en el debido momento pero no era tarde para enmendar las cosas. - ¿David cuánto? - preguntó Vladimir y los jóvenes lo miraron. - No conozco su verdadero apellido, padre. Siempre usaba nombres falsos. El último que recuerdo es Hudson. - respondió Alaia con ironía en su voz. El apodó "padre" resonó para Vladimir y ese calorcito en el pecho lo invadió. Poco a poco su única hija le iba reconociendo como tal y dándole su lugar. - Bien, le investigare. Te haré una sorpresa pronto Alaia. - dijo Vladimir.- Son libres de salir, hoy no estudiaras princesa. - ¿Estudiar? - preguntó la chica confundida. - Terminarás tu carrera en una de las mejores universidades de Rusia. - informó Vladimir.- Eres libre de conoc
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