Capítulo 5

2377 Words
El lunes por la mañana June se sentó derrotada en el piso del baño justo al lado del inodoro, por más que intentara negarlo estaba enferma, llevaba toda la mañana vomitando como loca, tenía el estómago revuelto y le dolía la cabeza por el esfuerzo proporcionado por las arcadas. —June, ¿estás bien? – preguntó Linda. — has vomitado toda la mañana creo que deberías ir a casa o mejor, a un médico. June se levantó del piso, se lavó la cara, las manos y se deshizo de la chaqueta de vestir. —Estoy bien Linda. — dijo al abrir la puerta del baño privado de su oficina. — no puedo irme a casa, hoy es la entrega final del borrador del próximo mes, además necesitamos repetir la sesión de fotos para la sección de nuevos artistas, el grupo musical de este mes vendrá dentro de tres horas y tengo que estar presente. —Cariño la revista no va a quebrar porque te tomes un día libre, trabajas demasiado, deberías irte a descansar, yo me puedo encargar de todo eso. June se sentó en su escritorio respirando profundamente, amaba su trabajo, había comenzado como una simple secretaria en una revista de moda nacional, ahora era la editora en jefe de la misma, era uno de sus mayores logros, por esa razón era tan dedicada con lo que hacía. —Solo necesito que firmes algunos papeles. — le hablo Linda. June se acomodó en su asiento y las arcadas regresaron, se tapó la boca con una de sus manos y respiro lentamente, mientras que con su otra mano buscaba un vaso de agua. —June definitivamente estas enfermas, si no te vas a casa creo que iré a la farmacia a traerte algo. June solo asintió a la sugerencia de su secretaria. — ¿Tienes alguna idea de que pudo ponerte mal? —No lo sé, creo que fue la cena que tomé anoche, estaba tan ocupada que ordené comida china, luego esta mañana me desperté así, sacando hasta el alma misma por medio de vómitos. De repente June sintió náuseas nuevamente y salió disparada al baño, Linda la siguió y se agachó para sostenerle el cabello. —Realmente pienso que deberías ir a descansar. — le dijo mientras le daba palmadas en la espalda. *** Era jueves y June sentía que la semana se había convertido en meses, el malestar no había cesado y desde el miércoles unos mareos furiosos se habían sumado a sus síntomas, debía ir al médico, no podía retrasarlo más, necesitaba algunos medicamentos para este horrible virus que la estaba atacando. Linda entró con una bolsa de plástico en la mano, hacía un rato antes le pidió que le comprara algunos medicamentos para sobrevivir el día. —Toma. — dijo está colocando tres cajas sobre el escritorio. Pero no eran lo que June esperaba. — ¿Estás jugando conmigo? - exclama June un poco indignada. —Ni de broma, tienes todos los síntomas de June, estás en negación, pero debes de hacerlo. — la mujer se coloca las manos en las caderas como gesto de molestia o seriedad. —No Linda, no voy a hacerme esa cosa. — June empuja los paquetes hacia su secretaria. — ¡Oh claro que sí lo harás! ¡Cómo me llamo Linda Martín vas a hacerte esta maldita prueba de embarazo! — Linda empuja las cajas de nuevo hacia June. June las observa como si fueran tres serpientes gigantes, lo había pensado, pero tal como decía Linda, estaba en negación, se decía que era imposible que estuviera embarazada, ella tomaba la píldora y no se había saltado ni una sola, además no podía estar embarazada justo en ese momento, apenas estaba conociendo a Julián y un bebé en camino arruinaría todo. —Linda no puedo. — exclamó ella casi en llanto. — es imposible que esté embarazada, siempre tomo la píldora, además… simplemente no puedo estar embarazada. — June has estado teniendo sexo como conejo con un hombre saludable y potente, si sabes a lo que me refiero, cuando tienes la enorme cantidad de sexo como tú últimamente, un bebé es lo que sucede, así que deja la cobardía y toma una de estas pruebas y comprueba si estas o no estás embarazada.  June se dio por vencida, Linda tenía razón debía hacerlo, parándose de su escritorio tomó las tres cajas con las pruebas de embarazo dentro, entró al baño y decidido realizarse las tres, por mayor seguridad. Salió a encontrarse con Linda a esperar el resultado, ambas estaban calladas, June no dejaba de pensar qué le diría a Julián, iba a matarla, bueno tampoco era culpa entera de ella, era responsabilidad de ambos el cuidarse, pero aun así tenía miedo de su reacción, o más bien miedo de perder la maravillosa relación que estaba comenzando entre ellos. Pasado el tiempo de espera, el corazón de June salto de sus costillas, iba a morirse allí mismo. —No puedo verlas. — exclamó con un poco de pánico en su voz. —Muy bien, yo las veré. — salto Linda. — con el ceño fruncido observó las tres pruebas y exclamó. — ¡Mierda! — ¿Qué sucede? - pregunto June con los ojos abiertos como platos y una mano en el pecho. —Todas dieron positivo. — hablo Linda con voz queda, tratando de suavizar la noticia. June saltó de su asiento. — ¿Qué? ¿Estás segura? —Míralo tú misma. June finalmente se dignó a tomar las pruebas en sus manos, las observó y Linda tenía razón, todas dieron positivo, no podía ser estaba embarazada, estaba embarazada y las tres pruebas dieron positivo, estaba embarazada de Julián, estaba embarazada de su vecino sexy, estaba embarazada del chico que iba a dejarla de seguro, estaba embarazada y muy aterrada. Derrumbándose en el sillón dijo: — Voy a ser madre, no puedo creerlo. — echó su cabeza hacia atrás esperando que todo fuera un mal sueño. ***  June observa la mesa del comedor de su casa, repleta de punta a punta, siempre que está nerviosa o molesta por algo cocinaba como loca, ese día había preparado hamburguesas, hecho unos enrollados de pollo, una ensalada césar, y dos tartas frías, además había comprado cientos de bebidas diferentes en la tienda, desde soda hasta jugo de fruta, era una combinación extraña, pero simplemente se dejó llevar, necesitaba drenar y lo hizo por medio de la cocina. Era sábado y Julián le había dicho que ese día se pasaría por su casa, y ella debía decirle que estaba embarazada, tenía que armarse de valor y sincerarse con él ese mismo día. Cuando escucho el rugir del motor del auto de Julián su corazón comenzó a latir muy rápido, Señor Manchas la veía desde la ventana moviendo la cola despectivamente, como diciéndole, no seas cobarde y dile la verdad, realmente eso te pasa por andar de regalada June. —Ya cállate. — le dijo al pobre animal como si en realidad estuviera hablándole. Julián tocó la puerta y ella salió disparada a abrirle, estaba igual de apuesto que siempre, llevaba un pantalón de vestir, una camisa de botones azul clara y sus usuales lentes de sol negros. No pudo evitar sentir una ola de calor que inició en su estómago y se esparció por todo su cuerpo, Julián se quitó los lentes y allí en sus ojos lo vio, deseo, él estaba tan afectado como ella, en una especie de acuerdo mutuo ambos saltaron sobre el otro. Unieron sus bocas, sus lenguas se enredaban desesperadamente, como siempre él soltó su cabello mientras ella se sacaba la camisa con desesperación, sucedía que había extrañado sus abdominales estilo chocolate, Julián comenzó a besarle el cuello y ella se quedó laxa entre sus brazos, dieron pasos torpes hasta la encimera de la cocina, donde Julián la sentó y luego le subió la falda de tubo que llevaba puesta, ella se quitó las bragas y le ayudo con el cierre de sus pantalones y allí en la cocina medio vestidos, Julián la penetró salvajemente, un fuerte gemido abandonó la garganta de June, estaba segura de que no se cansaría de esto, ella comenzó a mover sus caderas buscándole, rasgó la camisa de y botones volaron por todo el lugar, cosa que hizo que señor manchas saliera maullando indignado, luego Julián bajo la copa del sostén de June y metió uno de sus pezones en su boca, ella acariciaba sus hombros, su pecho, su cuello, quería recorrer cada centímetro de su cuerpo y aprenderlo de memoria. Las estocadas de Julián se volvieron erráticas y veloces, June sentía como su cuerpo comenzaba a tensarse, la sensación conocida venía como un tsunami, Julián comenzó a gruñir y gemir al mismo tiempo, la beso nuevamente y allí ambos llegaron a la cima, June enredó las piernas y los brazos a su cuerpo, como si fuera una enredadera que acaba de encontrar una bonita pared.  June gritó mientras el furioso orgasmo pasaba de largo, moviéndose un poco gracias a las réplicas del mismo. —Hola, cariño. — dijo hablo Julián primero. — De más está decirte que te he extrañado. June se quedó observándolo y algo dentro de ella se enfrió de golpe, dejo de pensar, tenía que decirle, no debió tener sexo con él antes de decirle que estaba embarazada, su cerebro la traiciono y solo lo soltó. —Estoy embarazada. — dijo sin más, con Julián aun dentro de ella. Este se rio. — Nena creo que se necesita más que una tórrida sesión de sexo para salir embarazada. — él se retiró. —No Julián yo…— respiro hondo, llegó la hora. — de verdad estoy embarazada, me hice tres pruebas caseras el jueves y ayer fui a un laboratorio, todas dieron positivos. Julián palideció, su labio tembló un poco, se vistió con manos torpes y no dijo absolutamente nada, luego de abrocharse el pantalón se pasó las manos por el cabello y la observó, furioso. — ¿Qué mierda June? ¿Embarazada? ¿No te estabas tomando tus píldoras? —Por supuesto que sí, pero hubo una falla, el doctor en el laboratorio me explicó todo. — ¿Ah sí? ¿Podrías iluminarme entonces? — sin duda estaba alterado. —Hace unas semanas tuve que tomarme unos antibióticos debido a una infección respiratoria, el doctor me explicó que la ingesta de antibióticos merma el efecto anticonceptivo. — ¡Mierda June! ¿Por qué no me dijiste eso? Los días que estuviste enferma no tuvimos sexo, pero jamás pensé que luego habría el riesgo de que salieras embarazada, ¿estas seguras de que te tomaste bien tus pastillas? —Por supuesto que sí, no me pase ni una sola, ¿por quién me tomas?— June comenzó a irritarse. —No lo sé June, me voy de viaje una semana y luego me dices que estás embarazada, quizás dejaste de tomar la pastilla a propósito y planeaste todo este numerito. — las pupilas de Julián están dilatadas las fosas nasales abiertas como si escupiera humo por ellas, estaba furioso y ella comenzaba a estarlo. —No arme ningún numerito Julián. — salta June. — no necesito armar ningún numerito, no soy el tipo de mujer que decide amarrar a un hombre, eres libre de irte o de quedarte no me importa, yo tomo mis pastillas, esto fue solo un accidente lo creas o no. —June ¿crees que quiero ser padre? Tengo 30 años y no estaba en mis planes tener un hijo justo ahora. — ¿Y crees que en los míos sí? ¡Demonios no Julián! Estoy en la plenitud de mi carrera, acabo de divorciarme, por cierto, de un matrimonio en el que tratamos de quedar embarazados y nunca lo logramos, esto es tan sorpresivo para mí como lo es para ti, pero no me importa si te vas o te quedas, es tu decisión y quedará en tu conciencia. Dicho eso June se bajó de la encimera de la cocina, se arregló la falda y camino escaleras arriba hacia su cuarto. — ¿A dónde te vas? — preguntó Julián aún molesto. —A mi habitación y tú te puedes ir a la mierda. Salió corriendo y cerró la puerta con seguro, mientras Julián tocaba la puerta suplicándole que le abriera ella se acurrucó en su cama y sosteniendo su vientre lloro como niña. *** Alrededor de las doce de la noche el estómago de June rugió con fuerzas, no había cenado y su cuerpo se lo estaba recordando, necesitaba comer, si no tendría arcadas de nuevo. Se dirigió a la puerta cerrada de su habitación y la abrió, al salir sus pies se enredaron con algo y cayó al piso sobre ese algo, era Julián, se había quedado dormido tras la puerta en el piso. Él la tomó entre sus brazos con preocupación. —Cariño, ¿estás bien? ¿Te lastimaste algo? - June se paró rápidamente, pero el acto le provocó un mareo, inmediatamente Julián la estaba sosteniendo. — Vuelve a la cama June, te ayudaré con lo que quieras. — le dijo. —Solo necesito algo de comer, pensé que ya te habrías ido ¿Por qué te quedaste? —Porque fui un idiota nunca debía tratarte así, es que solo fue una sorpresa, enterarme de que estas embarazada me descoloco completamente, no estoy listo, pero June hace meses te prometí que iba a protegerte y mantengo mis palabras, incluso ahora no me iré de tu lado, quizás sea pronto y no estemos preparados para ser padres, pero haremos esto juntos, tendremos a nuestro bebé juntos. La rabia de la tarde desapareció de golpe, el corazón de June se enterneció, ella abrazó a Julián y le dio un beso en la mejilla. —Gracias por eso, y gracias por quedarte. — el estómago de June rugió como recordando porque había salido de su habitación, ambos rieron. —Métete en la cama yo voy a buscar algo que comer y te lo llevaré. La vida no siempre sale como la planeas, a veces te da golpes inesperados, a veces te cambia las cartas y tienes que perder, pero siempre puedes iniciar de cero y volver a intentarlo.  
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